José Luis Ábalos ha sido de las personas más importantes en el PSOE de los últimos años, siendo parte del Gobierno y convirtiéndose durante un tiempo en la mano derecha del actual presidente, Pedro Sánchez. Ábalos fue uno de los que permaneció a su lado cuando le quitaron como secretario general en 2016 hasta que sorprendió a todos y derrotó a Susana Díaz, con el apoyo de los pesos pesados del pasado, en las primarias de 2017 y fue el que creó la estrategia que le llevó a la Moncloa.
Pero su carrera estuvo ligada siempre a un Sánchez primero le nombró número tres del Partido Socialista, y luego ministro de Fomento después, para luego quitarle de esos cargos en 2021 y ahora no le ha mostrado ningún apoyo con el 'caso Koldo', exigiendo su acta como diputado, algo a lo que se ha negado Ábalos, que ha terminado en el Grupo Mixto. Así, el ex ministro ha pasado de ser uno de los hombres fuertes del PSOE a terminar siendo suspendido de militancia y con un expediente disciplinario.
Ábalos nació en Torrente (Valencia) en 1959, y se hizo del PSOE muy joven, en 1981, aunque ya había estado en el Partido Comunista de España (PCE). Pronto empezó a subir puestos en el socialismo valenciano hasta tener un papel importante en el PSPV. Comenzó como jefe de gabinete del delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana y continuó asumiendo nuevas responsabilidades, primero como concejal del Ayuntamiento de Valencia, más tarde como diputado provincial y luego nacional y en 2012 se convirtió en secretario general del PSPV.
Permaneció al lado de Sánchez cuando cayó
Ábalos fue uno de los que permaneció al lado de Sánchez cuando este perdió la confianza de su partido y fue obligado a dimitir como secretario general por el Comité Federal en 2016. Ábalos apostó fuerte por su resurrección política y fue uno de los encargados de movilizar a la militancia que llevó de nuevo a Sánchez a la Secretaría General en las primarias de 2017, en las que derrotó por sorpresa a Susana Díaz (la candidata del aparato socialista).
La confianza que puso después Sánchez en Ábalos fue máxima. En un primer momento le nombró portavoz del PSOE en el Congreso después de la dimisión de Antonio Hernando hasta el Congreso Federal de aquel año. Sánchez le puso entonces en la cima del partido al nombrarle como secretario de Organización, es decir, siendo el número tres del PSOE, solo por detrás del propio Sánchez y Adriana Lastra, en ese momento, vicesecretaria general del partido.
Ábalos también fue elegido por Sánchez para defender por el PSOE la moción de censura contra Mariano Rajoy, con la que se terminó convirtiendo en presidente del Gobierno. Fue entonces cuando Sánchez le metió en el Gobierno como de ministro de Fomento. Y, tras las elecciones de 2019 (las dos generales que se celebraron), Ábalos entró dentro del núcleo duro junto con Lastra y Carmen Calvo en las negociaciones para la investidura que auparon a Sánchez como primer Gobierno de coalición de la democracia.
Ministro de Fomento y su destitución en 2021
La labor de Ábalos en el Ministerio de Fomento (que en el año 2000 se había pasado a llamar Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana), no tuvo grandes polémicas en lo relativo a su gestión. Pero sí que hubo polémicas, la más recordada fue el conocido como 'caso Delcy', a raíz de su encuentro en enero de 2020 con una delegación venezolana en el aeropuerto de Barajas en el que estuvo con la entonces vicepresidenta de dicho país, Delcy Rodríguez, que en esos momentos tenía prohibido entrar en el espacio Schengen. En aquel encuentro a Ábalos le acompañó el hombre que resultaría fundamental en su posterior caída, Koldo García, que es el que ha acabado nombrando el caso de comisiones ilegales que lleva su nombre. Pero a pesar de que el ‘Delcygate’ provocó duras críticas en los partidos de la oposición, con Vox pidiendo su dimisión, y que terminó en los tribunales, la justicia archivó el caso definitivamente en 2021 al no hallar indicios del encuentro.
Poco después, Sánchez lo quitó sin previo aviso del Gobierno en la remodelación del Ejecutivo que hizo en julio de 2021, en el que también se fueron otros miembros de su núcleo duro como la que fue su vicepresidenta Carmen Calvo y el que fuera jefe de su Gabinete, Iván Redondo. Fue una gran crisis de Gobierno que acabó con otros 5 ministros más. Ábalos decidió renunciar también como secretario de Organización del PSOE. Y la relación de amistad con Sánchez sufrió un duro golpe del que todavía no se ha recuperado. En el traspaso de carteras en el Ministerio de Transportes, Ábalos no hizo una sola mención a Sánchez cuando cedió el testigo a Raquel Sánchez y estuvo varios meses sin hablar con el jefe del Ejecutivo, algo que el propio Ábalos admitió.
En noviembre de 2022 volvió a las noticias por una denuncia que le ganó al ex asesor de Ciudadanos, Luis 'Alvise' Pérez, que fue condenado por un juzgado de Madrid a pagar al ex ministro socialista 60.000 euros por publicar en Twitter unas fotos del político en su jardín sin su consentimiento. En esas fotografías se veía a Ábalos en su casa, con un mensaje escrito por el agitador de ultraderecha, donde insinuaba que el ex ministro tenía problemas de salud mental.
Aun así, Sánchez recompensó sus servicios situándole tras su cese como presidente de la Comisión de Interior en el Congreso, puesto que ha seguido teniendo hasta que dimitió del mismo este lunes ante el ultimátum recibido por el PSOE ese mismo día para que dejara su escaño.
La caída definitiva con el ‘caso Koldo’
Ahora, su gestión como ministro ha quedado manchada por el ‘caso Koldo’, que si bien no le toca directamente (no está siendo investigado), sí que apunta hacia el que fuera su asesor en el Ministerio, Koldo García. El caso saltó a las noticias la semana pasada: García habría abusado de su posición de cargo público en 2020 para interceder en adjudicaciones de contratos de mascarillas de organismos que dependían del Ministerio a favor de la empresa Soluciones de Gestión. Todo, a cambio de comisiones irregulares en una trama en la que hay otros implicados.
La mayor sombra sobre Ábalos es el ascenso vertiginoso de Koldo García, que pasó de ser su chófer personal en 2018 a consejero de Renfe Mercancías y vocal del Consejo Rector de Puertos del Estado. También que los contratos con el Ministerio de Transportes fueron el origen de la trama que se propagó después a otros contratos con el Ministerio del Interior y con las comunidades autónomas de Baleares y Canarias, gobernadas entonces por el PSOE.
El lunes, la Ejecutiva del partido que hace poco controlaba le puso un ultimátum de 24 horas para renunciar a su escaño porque, pese a que "no está investigado, ni señalado, ni imputado, ni su nombre figura en la investigación", tiene una "responsabilidad política". Ha pasado ese plazo y Ábalos ha decidido no dimitir y pasar al Grupo Mixto para "no comprometer" al Grupo Parlamentario Socialista con la consecuente suspensión cautelar de su militancia. Lo ha justificado diciendo que, si renunciara a su acta, "se interpretaría como signo de culpabilidad", algo que no está dispuesto a asumir. "Eso solo provocaría mi estigmatización política y personal", ha comentado, y se ha visto a sí mismo como "un apestado político".
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