Sumar y Podemos, sin tiempo para egos y piques: deben pactar contrarreloj una coalición en apenas 10 días

El adelanto electoral anunciado por el presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, supuso mover muchas fichas desde ayer.

Pero sin duda que los más afectados a la hora de ponerse manos a la obra son Sumar y Podemos, las 2 formaciones hegemónicas ahora mismo de la izquierda, que deben negociar urgentemente para saber si acudirán a las generales de julio en coalición... o no.

El caso es que antes de este anuncio sorpresa de Sánchez los plazos eran más cómodos, y hasta finales de año había tiempo para ir acercando posturas, apartar piques y mejorar las relaciones entre los morados y la nueva fuerza política que ha creado Yolanda Díaz.

Sin embargo, a ambas partes se les echa encima el tiempo por una razón legal: y es que los partidos que quieran formar coaliciones eletorales deben presentar solicitud mucho antes, en concreto en apenas 10 días desde que se ha hecho ya oficial la convoctoria a las urnas, publicada en el BOE.

Sumar y Podemos tienen sólo 10 días para comunicar a la Junta Electoral Central si van en coalición o no a las elecciones generales, y con qué nombre o marca electoral.

Ahora mismo las posturas y las relaciones entre ambos eran complicadas, pero tanto Sumar como Podemos han tomado nota de los malos resultados en las urnas del pasado domingo.

Podemos

En el caso de Podemos, han desaparecido de Comunidad y ayuntamiento de Madrid. También de las Cortes Valencianas. Apenas serán clave en otros territorios, y aunque no es el mismo caso que el de Ciudadanos, que ha decretado su final político, sí es cierto que no están para presumir de fuerza.

Ahora mismo, su único activo son los 33 de 35 diputados que le quedaban en el Congreso, pero sus socios le recuerdan que no todos son de la formación morada.

Y es que hay que recordar que Podemos lideró la coalición Unidas Podemos en las últimas generales, asociados a Izquierda Unida y a fuerzas ecologistas y de la izquierda, tales como los 'comunes' de Ada Colau en Cataluña.

Sumar

Sin embargo, Sumar acaba de nacer y no se puede hablar de derrota electoral, pero sí es cierto que sus principales socios, que ya habían confirmado su participación e integración en la futura candidatura de Yolanda Díaz, han fracasado.

En Madrid, la formación Más Madrid de Íñigo Errejón ha repetido como segunda fuerza en la capital y la Comunidad, pero el PSOE le ha pisado los talones.

En la Comunidad Valenciana, los regionalistas de izquierda de Compromís, otro de los socios de Díaz, han quedado bajo mínimos, perdiendo la opción de socio de gobierno regional y también perdiendo la alcaldía de Valencia capital.

En Barcelona, porque en Cataluña no había elecciones autonómicas, Ada Colau se quedó sin alcaldía, y era sin duda la segunda cara más notable de las alianzas de Díaz.

Izquierda Unida, que ha jugado al despiste en estas elecciones, en la mayoría de los casos formando coalición con Podemos pero en otras listas concurriendo con Más Madrid u otros partidos, tampoco está para tirar cohetes o presumir de cifras.

El complicado pacto

Así que toca apartar egos y aparcar altas pretensiones por parte de ambos. Díaz sigue pensando que su opción es la que más puede movilizar el voto de izquierda a nivel nacional, y en eso están de acuerdo, con la boca pequeña, incluso en Podemos. En lo que no están de acuerdo es en aceptar una especie de claudicación y someterse a la nueva marca electoral de Sumar y desaparecer totalmente.

Lo más probable es una marca electoral conjunta que sustituya a Unidas Podemos y que haga mención a ambos nombres. Pero ahora eso es lo de menos. Lo más complicado será un pacto por el reparto de listas y la elaboración de un programa ambicioso y conjunto entre ambas formaciones.

Díaz no quiere a Ione Belarra e Irene Montero disputándole los primeros puestos, ya que la vicepresidenta segunda tiene su equipo de confianza y prefiere dar más relevancia a Alberto Garzón e incluso a Errejón, más próximos a ella en la forma de entender la política: menos confrontación y más transversalidad.

Hay que recordar que el único precedente fue en las elecciones autonómicas de Andalucía de 2022, con una fallida coalición llamada 'Por Andalucía'. Fallida porque los resultados fueron muy pobres y porque hubo tortas, casi literalmente, por las listas. La pataleta de Podemos fue tal que no llegaron a tiempo para presentar a sus candidatos porque se les echó encima el plazo legal. Después pidieron el voto para la candidatura global, pero sin éxito.