MVM cinco años después

Lo recordaba esta mañana en el diario El País, Juan  Cruz. Mañana, 18 de octubre, hará cinco años que murió Manuel Vázquez Montalbán. Un infarto masivo se lo llevó en el aeropuerto de Bangkok. Un lustro después, el columnista sigue huérfano de quien fue –supongo que, dada su timidez entreverada de modestia, bien a pesar del propio Manolo—uno de sus referentes.

¡Ay, querido Manolo!, la que te estás perdiendo –o no, vete tú a saber--. Seguro que no te lo crees. Pero están en trance de empapelar judicialmente a Francisco Franco y a todos sus conmilitones alzados en armas contra la República. Aunque sea a título póstumo, la cosa tiene sus bemoles, ¿no, Manolo?. De estar hoy entre nosotros, tu heterónimo Manolo V, el Empecinado se hubiese puesto magistralmente las botas con las gilitogueces de Baltasar Garzón.

Aznar se ha montado en el dólar y se ha encastillado en la FAES. Eso sí, ronea de que se mata a hacer abdominales, de que está cachas y que su pelo es más color caoba que nunca. Menos mal que ya no gobierna. En su lugar, tenemos a José Luis Rodríguez Zapatero, de la novísima hornada del PSOE. No lo hace tan mal, dado que la Conferencia Episcopal Española, a cuyo frente está el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, gallego como tú y yo (en lo físico es como Paco Clavel, pero con sotana cardenalicia), se le ha puesto de culo por cosas como el matrimonio homosexual (sí, los gays y las lesbianas son de un optimismo aterrador), la Ley de Reproducción Asistida y la introducción de la asignatura Educación para la Ciudadanía. La COPE, la cadena mitrada de radio, día sí, día también, se dedica a darle hostias a este Gobierno.

Lo que no consiguió Franco, y lo que empezó a hacer Felipe González, o sea, el hundimiento del comunismo español, lo han logrado los propios miembros del PCE. Un solo diputado en esta legislatura, Gaspar Llamazares, el coordinador general de Izquierda Unida, que deja el cargo en la formación, aunque no abandona su escaño de diputado. Y mientras, el PSUC –ès (era) més que un club—hibernado criogénicamente como si fuera Walt Disney.
Segunda legislatura de gobierno tripartito en Cataluña, Manolo. Parecía imposible pero hace seis años que Convergència i Unió abandonó, como los israelitas errantes, las rebosantes ollas de la Generalitat. ¿Te acuerdas de José Montilla, el alcalde socialista de Cornellà? Sí, justamente ese, Manolo. Pues es el presidente de la Generalitat. Su catalán sigue siendo manifiestamente mejorable, pero nos ha salido bastante bueno.

Hace dos noches, Manolo, a Fernando Savater le dieron el Premio Planeta de Novela. ¡¡¡601.000 euros!!! ¡Cien millones de pesetas! Cuando tú, con Los mares del sur, lo ganaste en 1979 el premio era sensiblemente inferior, pero suficiente como para que vivieses con desahogo. Llámale inflación, si quieres.

¿Sabes que un mulato se presenta como candidato demócrata a la presidencia de los EEUU? Se llama Barack Obama. Y ya que hablamos del Imperio… Oye, que su sistema financiero –y el mundial también, claro—las está pasando canutas. George Bush, jr, el presidente actual –está acabando su segundo mandato—ha empezado a nacionalizar bancos. El comunismo se hundió, pero el capitalismo está en un tris de hacerlo. ¿Qué nos queda, Manolo? La cocina, claro. “Comamos y bebamos mientras tengamos…y si mañana no tenemos, ayunaremos”.

 “Quien calcula compra en Sepu”, fueron tus palabras póstumas, lo último del video que nos dejaste para emitir por Canal Plus tras tu fallecimiento. Las pronunciaste mirando a cámara, con tu media sonrisa de aquel niño de la gris Barcelona de posguerra para quien una rebanada de pan con aceite y pimentón era una gran merienda. Del barrio del Raval a la torre con jardín de Vallvidrera, justo al lado y debajo de la gigantesca antena de Norman Foster. Un largo camino y 64 años de tu vida.

Sí, querido Manolo, nos sigues haciendo falta. Nos quedan tus obras. Es un gran legado. Y otra forma de sentirte vivo y entre nosotros.