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Está imputado como autor de los hechos

Zougam niega haber estado en los trenes e intenta descalificar a los testigos

Zougam niega haber estado en los trenes e intenta descalificar a los testigos

· Dice que los testigos le reconocieron porque le vieron en televisión tras ser detenido
· Su declaración proseguirá el próximo lunes con preguntas de los abogados de acusaciones particulares
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Zougam alega que fue torturado por agentes del CNI

viernes 16 de febrero de 2007, 17:46h
Jamal Zougam, el primero de los acusados como autor material de los atentados del 11-M que ha declarado en el juicio, ha asegurado que los testigos que le situaron en uno de los trenes en los que se produjeron las explosiones le reconocieron únicamente porque le vieron en televisión una vez fue detenido. A preguntas de la fiscal Olga Sánchez, indicó que el 11 de marzo de 2004 estuvo durmiendo en la vivienda que habitaba con su familia hasta las diez de la mañana. Zougam, que contestó a las cuestiones planteadas por la Fiscalía en castellano, fue identificado por cuatro personas que indicaron que viajaba en uno de los trenes contra los que se produjeron los atentados.

Jamal Zougam puso de manifiesto las contradicciones en que, en su opinión, incurre uno de los testigos que indicó en su declaración que vio a una persona dejar una mochila en el piso inferior de uno de los trenes. No obstante, la bolsa-bomba explotó en el vagón superior. Indicó, además, que el día de los atentados llegó un poco más tarde de las once de la mañana al locutorio en el que trabajaba, ya que no encontraba aparcamiento, y dijo que nunca había oído "la palabra Chinchón ni Morata de Tajuña" (localidades madrileñas entre las que estaba la finca en la que se prepararon los atentados) hasta su detención. "Estaba durmiendo, si estaba durmiendo no pude desplazarme a Alcalá de Henares", dijo.

 El primero de los acusados como autor material de los atentados del 11 de marzo de 2004 en declarar en el juicio comenzó a responder a las preguntas de la Fiscalía a última hora de la mañana de este viernes a pesar de las protestas de su abogado, José Abascal, para que el interrogatorio quedara aplazado al próximo lunes.

  La fiscal, que solicita 38.654 años de prisión en este caso, considera acreditado que Zougam fue uno de los integrantes de la célula terrorista que se ocupó de la colocación de las mochilas-bomba en los trenes de cercanías madrileños.
 El acusado negó formar parte del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y dijo no conocer a ninguno del resto de acusados, a pesar de que en alguna ocasión se acudía a la Mezquita de la M-30.

 En cuanto a su posible relación con el huido Mohamed Afalah, indicó que fue otra persona que le pidió su teléfono para realizar una llamada la que habló con él para solicitar sus servicios en la reforma de un local que había adquirido. "Si existen escuchas, se puede demostrar que no es mi voz", añadió.

 Sobre la tarjeta SIM de la compañía AMENA perteneciente a una partida de 100 adquirida por la tienda en la que trabajaba, indicó que es consciente que su presunción de inocencia se rompió tras este hallazgo y negó haber tenido en su poder ninguna de ellas. Según explicó el propietario del locutorio controlaba la adquisición y venta de las mismas.

 Negó, además, haber enseñado a ninguno de los acusados a sincronizar teléfonos y haberles mostrado en el interior donde debían unirse los cables para fabricar un detonador. "Yo realizaba sólo algunas reparaciones y me limitaba a comprobar los problemas en los teléfonos para ver si podían tener arreglo o no", explicó.

Le propusieron ser confidente

   A preguntas del abogado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M , José María de Pablo, Zougam reconoció que en 2001 varios policías llegaron a su locutorio y le ofrecieron ser confidente, diciendo: "Si yo podía ayudarlos a ellos, ellos me ayudarían a mí". Les contestó que su negocio no le permitía acudir a la mezquita para informar a las personas que allí acudían.

   Afirmó que sí contó este asunto al diario El Mundo y que no ha podido hablar de ello nuevamente porque sus anteriores abogados no le defendían adecuadamente y no pudo explicarlo en más ocasiones. Sobre lo ocurrido tras su detención, señaló que fue torturado por agentes del CNI, que son profesionales "y pueden torturar sin dejar marcas".

   En respuesta a las cuestiones de los diferentes abogados de la acusación, Jamal Zougam afirmó que nunca ha tenido relación con ningún miembro o colaborador de ETA, y que si algún islamista ha citado su nombre es porque "cualquier persona en el país más lejano del mundo conoce mi nombre", por su relación con este sumario.

   La única pregunta a la que Zougam no quiso contestar fue a una realizada por el letrado de un grupo de víctimas, que le inquirió sobre si conocía la razón por la que algunas tarjetas telefónicas que él vendía acabaran en las mochilas que explotaron en los trenes de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo del Tío Raimundo.

   Sobre su relación Imad Eddim Barakat Yardas, "Abu Dah Dah", no quiso contestar si le conocía antes o después del 11 de septiembre de 2001, aunque explicó que su relación con él era de tipo comercial, ya que le compraba fruta de origen sirio para su negocio.

   Sobre el hallazgo en el domicilio de Faisal Allouch (imputado y finalmente no procesado en la causa) de documentación que le relacionaba con él, Zougam afirmó que conoce a esta persona porque le arregló el rótulo de la tienda.

   El interrogatorio a este acusado proseguirá el próximo lunes por parte de los abogados de la acusación, después de que manifestara al tribunal, llegadas las tres de la tarde, que se encontraba muy cansado.

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