Barack Obama acudió este lunes a la Casa Blanca, por primera vez tras su triunfo electoral, para reunirse con el presidente de EEUU, George W. Bush, mientras su esposa Michelle conoció los entresijos de la que será su nueva residencia a partir del 20 de enero de la mano de Laura Bush.
Bush anunció el encuentro la semana pasada durante una alocución ante los empleados de la Casa Blanca, en la que dio las pautas sobre el proceso de transición hasta que Obama tome posesión de su cargo.
Ambos departieron sobre la situación del país, sumido en una profunda crisis económica, y los asuntos que tendrá que gestionar el nuevo gobierno, como las guerras de Irak y Afganistán.
En su alocución semanal, el presidente Bush expresó su "pleno apoyo" a Obama en el proceso de transición de poderes y aseguró que garantizar un traspaso de poderes sin incidentes será una de las prioridades en el tiempo de mandato que le resta.
Por su parte Obama, agradeció a Bush su disposición para facilitar la transición al nuevo equipo de Gobierno y trabajar en un ambiente de cooperación.
"Este es el espíritu de bipartidismo que será requerido para hacer frente a los muchos retos que enfrentamos como nación", dijo Obama en un discurso radiofónico.
Para Obama, esta fue su segunda visita a la Casa Blanca, ya que el pasado 25 de septiembre asistió a la reunión de urgencia que se convocó el presidente Bush con el equipo económico del Gobierno para discutir sobre la crisis financiera.
La economía fue un tema que tuvieron muy presente ya que Washington será sede la próxima semana de la cumbre del G-20, convocada para discutir la crisis financiera global.
Obama acudió acompañado de su esposa Michelle, quien tuvo la oportunidad de ver por primera vez la parte privada de la Casa Blanca reservada a la vivienda del presidente, acompañada de la primera dama.