"Haber calificado 2008, como lo hicimos en Fedecámaras a principios de año, como un año que iba a ser el año de inflexión, quiere decir que iba a ser el último año de algo que después de un gran crecimiento económico que vivimos durante cuatro años gracias a los precios petrolero, ese punto de inflexión, ese año de inflexión señala el final de algo que podría calificarse, como el final de una borrachera de dólares y de un crecimiento económico que no tenia ningún asidero salvo el repartir dinero que no estaba siendo producido por los venezolanos".