El Mandatario boliviano indicó que nunca antes las distintas constituciones han reconocido a la hoja de coca como un producto natural, pese a que estudios científicos de universidades de Europa y de los Estados Unidos, entre ellas Harward, reconocieron que la hoja milenaria “en su estado natural no hace daño a la salud humana”.
Pese a ello “la penalizan y satanizan a la hoja de coca”, cuestionó Morales, al dejar claro que no defiende la producción de estupefaciente porque no comparte con la transformación de coca a cocaína.
“No estamos defendiendo la cocaína, pero si parte de la cultura de los pueblos indígenas de la región andina, la hoja de coca como un consumo tradicional, y lamento que la Junta Interamericana de Estupefacientes desconozca el consumo tradicional de la hoja de coca”, expresó.
La JIFE, que es el órgano de la ONU responsable de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales sobre drogas, en su informe de este año exhortó a Bolivia y Perú a adoptar medidas para abolir los usos de la hoja contrarios a la Convención Internacional de 1961, incluida la práctica de masticarla (acullico).
En respuesta Morales destacó hoy ante el pleno de la Asamblea de las Naciones Unidas que en la nueva Constitución, que será sometida a referendo, se “reconoce a la hoja de coca como un producto natural cultural de los pueblos indígenas”.
Además el Estado asume la responsabilidad de proteger a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural y no estupefaciente, según señala el artículo 348 del proyecto de la ley fundamental.
“Sus derribados hay que combatirlos y estamos combatiendo en Bolivia”, aclaró Morales acotando que esta tarea se la realiza “respetando los derechos humanos”.
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