Dignidad

El Presidente, el Vicepresidente y los jerarcas del Movimiento Al Socialismo se llenan la boca, en cuanta oportunidad tienen, con la palabra “dignidad”. Así, el Gobierno de Evo Morales vendría a ser el más “digno” de nuestra historia republicana por varias razones.

Es digno perder mercados para nuestras exportaciones no tradicionales, especialmente las que van al “imperio”, pero no se dice ni se hace nada serio respecto del destino de miles de productores que acabarán en la calle, porque no existen mercados alternativos y al Gobierno le importa un carajo el destino de esa gente.

Es digno expulsar al Embajador de EEUU por supuestos afanes “conspirativos”, a USAID del Chapare por la misma razón y echar a la DEA del país por su presunto apoyo a grupos de oposición; pero se calla ante el crecimiento exponencial de los cultivos de hoja de coca, la producción de pasta base y cocaína que han “reinstalado” a escala global la imagen narcotraficante de Bolivia.

Es digno recibir fondos venezolanos que no tienen fiscalización alguna y que, por lo demás, han creado una especie de “servidumbre” a las políticas y los sueños megalómanos de Hugo Chávez, el matón venezolano que se entromete en nuestros asuntos internos cuando le da la gana y que promueve la destrucción de la democracia en su país.

Es muy digno que el Presidente “ordene” a los dirigentes de su partido que ocupan cargos públicos que se constituyan en Cuba el 1 de enero de 2009 para “festejar” los 50 años de una pretendida revolución socialista que condenó a millones de cubanos a vivir en la miseria, la marginalidad y el miedo; sin embargo, nadie en el Gobierno se mosquea siquiera por la pobreza y desigualdad que siguen campeando en Bolivia.

Es digno señalar las virtudes de la nacionalización de los hidrocarburos y referirse a los océanos de dinero que supuestamente llegan por este motivo a las arcas estatales, pero, al mismo tiempo, colocar en la dirección de YPFB a “ignorantes” del tema hidrocarburífero que en poco menos de un año han conseguido que la producción disminuya y que hoy sea muy difícil conseguir gasolina, diésel, gas licuado, etc.

Es absolutamente digno mantener a un prefecto electo en la cárcel, sin reconocer el derecho al debido proceso que tiene más allá de los delitos que se le imputan (y que deben ser probados); pero al mismo tiempo a delincuentes (como Cerrudo) que agreden constantemente a la prensa se les otorgue un trato deferencial, casi de autoridades electas, porque están, a pesar de sus fechorías, con “el cambio” masista.

Es muy digno que el Viceministro de Justicia utilice argumentos idiotas para intentar recuperar el valor de la mal llamada “justicia comunitaria” ante el asesinato de dos personas y la brutal golpiza con quema incluida de otras nueve, suscitado en Achacachi, protagonizada por una turba enardecida y alcoholizada que, precisamente, arguyó la mencionada justicia para cometer esas atrocidades.

Es tremendamente digno, según la visión autoritaria del Vicepresidente, señalar que todos los que no comparten el cambio promovido por el MAS están contra el pueblo, contra Bolivia, pero al mismo tiempo, desconocer supinamente que uno de los valores de la democracia es el pluralismo, que permite la diversidad de opiniones, la prensa libre y la libertad de expresión.

Finalmente, Presidente, Vicepresidente y jerarcas del MAS deberían tomar su “dignidad”, doblarla y guardarla donde mejor les parezca, porque estamos hartos de tanta impostura y cinismo en nombre de la dignidad.

* Politólogo y catedrático

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Tomado de la edición de La Prensa 21/11/2008