Ateos unidos

Lo que en el Reino Unido se ha contemplado como un saludable ejercicio de la libertad de expresión y, en todo caso, objeto de inteligentes debates no exentos de humorismo, en España poco menos que ha logrado que las campanas episcopales toquen nuevamente a rebato. “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida” es el anuncio que lucirán, a partir del próximo lunes y durante un par de semanas, en dos autobuses públicos de Barcelona, como antes ya lo están haciendo 200 buses del área metropolitana de Londres. El Arzobispado barcelonés, nada más conocerse la noticia, contraataca diciendo: “Se puede gozar de la vida honestamente”, mientras que, desde el pasado 25 de diciembre, un autobús de la Comunidad de Madrid, en su parte trasera luce el siguiente anuncio: “Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”, que está financiado por una comunidad evangélica de Fuenlabrada.

Estas publicidades contrapuestas son un reflejo de sano pluralismo y del ejercicio de la libertad de expresión de sus patrocinadores respectivos. O sea, que hasta aquí santo y bueno. Eso sobre el papel. Porque el Observatorio Antidifamación Religiosa, echa su cuarto a espadas –o a bastos—considerando que el primero de los anuncios: “es una falta de respeto hacia quienes sí creemos”. Error supino, porque también los no creyentes, los agnósticos y los ateos militantes tienen todo el derecho a manifestar sus increencias.

    Lo curioso es que la polémica, atizada por tertulianos y columnistas que no tienen nada mejor que hacer, tiene su intríngulis filosófico y/o teleológico. Ciertamente para los ateos unidos, desde el raciocinio, no está demostrada la existencia de Dios. Pero, tampoco está demostrada su inexistencia. En la primera de las proposiciones, el creyente recurre a la fe. Y, en la segunda de ellas, desde la razón tampoco se comprueba fehacientemente su inexistencia. Caso cerrado. O debería estarlo.

    ¿Qué tal si para desengrasar con la que está cayendo –la matanza de Gaza, las hambrunas africanas, la crisis económica de los países ricos y hasta el traje de Carme Chacón—le echamos un poco de ironía al asunto y nos vamos por el civilizadísimo terreno de la síntesis? Algo así como: “Dios no –o sí—existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”, que, dentro y fuera de las iglesias, de eso se trata.