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Es la voz de la calle, presidente

domingo 25 de enero de 2009, 11:50h
Seguramente, algunas de las preguntas con las que los participantes en el programa televisivo en el que comparecerá Zapatero en la noche del lunes nos sorprenderían a los periodistas, que siempre interrogamos a los políticos por los mismos registros: los proyectos sobre soluciones a la crisis económica, si va a hacer una remodelación de ministros o si va a encontrarse con Mariano Rajoy, que vive horas bajas con ese ‘affaire’ calamitoso del espionaje en la Comunidad de Madrid. Zapatero espera nuestros cuestionarios –ambas partes nos vamos conociendo bien ya; él mejor al conjunto de la tropa mediática que al revés, todo hay que decirlo--. Pero no espera el grito de la calle, y puede que en la noche de este lunes tenga que escuchar más de uno, de alguien desempleado o con riesgo de perder su trabajo.

Siempre consideré positivas estas oportunidades para que los gobernantes mantengan un contacto directo con la gente ‘de la calle’.Es algo que ni Zapatero ni sus predecesores fomentaron demasiado, posiblemente los anteriores menos aún que el actual. Por eso, un programa televisivo no amañado –y ‘Tengo una pregunta’ no lo está, me consta--, en el que al menos haya alguna intervención que fuerce a Zapatero a salir de la rutina de sus respuestas prefabricadas a la ‘troupe’ periodística, es algo bueno.

Adolfo Suárez, recién perdida la presidencia, me señalaba que “es fácil gobernar a los españoles”, por su escaso nivel de exigencias y la casi nula memoria que guardamos de las promesas y afirmaciones que se nos hacen. Tenía razón: la paciencia es, a veces, casi infinita. Los últimos tiempos están siendo pródigos en afirmaciones, datos y previsiones que, luego, se compadecen poco con la dura realidad. Lo que vaya a ocurrir en la noche del lunes quedará, al menos, grabado. Y Zapatero va a tener que torear no de salón, sino en pleno ruedo y con un toro que ahora  sale muy bravo, aguijoneado por una mala situación económica y la escasez de soluciones que se diseñan para afrontarla.

Un buen espectáculo televisivo, por el que hay que felicitar a quienes lo organizan…y a quien acepta participar en él, naturalmente.  La democracia también tiene que ser mediática, como van aprendiendo los principales responsables políticos, que perciben cómo crecientemente la voz de los que no tenían voz, pero sí voto, va penetrando en los medios. Es el periodismo ciudadano, o la ciudadanía que va tomando conciencia de que merece la pena escucharla, por fin.
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