Mariano Rajoy, arropado por todo su Comité Ejecutivo, anunció este miércoles una serie de medidas para detener "la trama contra el PP" en la que, según dijo, se ha convertido la operación Gürtel. Así, ha pedido la recusación de Garzón al frente del caso y el levantamiento del secreto del sumario. Además, asegura que rompe las relaciones con este Ministerio de Justicia tras conocer que su titular fue de caza con el juez de la Audiencia Nacional.
Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, compareció este miércoles ante los medios de comunicación para responder con contudencia a las acusaciones vertidas sobre su agrupación en relación a la operación Gürtel, de la que considera que "no es una trama del PP, sino contra el PP, que es distinto".

Rodeado por la totalidad de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, Rajoy aseguró que "con ningún presidente de Gobierno de la democracia, la Fiscalía ha actuado de forma tan partidista". Para intentar demostrarlo citó varios casos de militantes del PP detenidos en los últimos dos años, que fueron arrestados en presencia de los medios de comunicación y que, posteriormente, han quedado en libertad sin cargos. Por contra, hizo referencia al caso de la supuesta 'compra' del alcalde socialista de Ohanes (Almería) sobre el que todavía no se ha actuado.
Duro cruce de declaraciones
Durante la tarde de este miércoles se produjo un tenso cruce de declaraciones entre el portavoz de Justicia del PP en el Congreso, Federico Trillo, y el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Trillo, en línea con lo afirmado por Mariano Rajoy, anunció la suspensión de cualquier diálogo político con Bermejo (incluídas las negociaciones por el Pacto por la Justicia) y acusó al ministro de Justicia de "aproximarse demasiado al Poder Judicial" a la vez que pedía su inmediata destitución. Por su parte, José Blanco, acusó al líder de los populares de vulnerar el Estado de Derecho con sus declaraciones y calificó las actuaciones del Partido Popular como propias de "un partido antisistema".
Ratahíla de medidas
Con la idea de que la mejor defensa es un buen ataque, el líder de los populares compareció ante la prensa sin admitir preguntas y anunció una retahíla de medidas para detener la "causa general contra el PP" en la que "algunas personas" han intentado convertir la supuesta trama investigada por la Audiencia Nacional.
Para empezar, el PP quiere apartar a Garzón del caso, para lo que pedirá su recusación al frente de la investigación de la operación Gürtel, no solo por las filtraciones, sino también por la cacería que compartió este fin de semana con el ministro de Justicia, Mariano Bermejo. "Es un acto obsceno que liquida la calidad de la democracia y es inaceptable en un país como el nuestro", apuntó el político gallego sobre el encuentro.

La cacería y las filtraciones también han dado pie a que el PP decida pedir las comparecencias en el Congreso de los Diputados del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y del ministro de Justicia. Además, solicitará que el Consejo General del Poder Judicial, que ya estudia las filtraciones, se pronuncie sobre la jornada de cacería conocida este miércoles.
Tensión con el Ministerio de Justicia
Rajoy también da por rotos los contactos con el ministerio dirigido por Bermejo hasta que este continúe en el cargo, con lo que presiona al Gobierno central para que lo aparte precisamente en un momento complicado para la Administración de Justicia en España, con el caso Mari Luz todavía presente y una convocatoria de huelga a la vuelta de la esquina.

El PP también pedirá que se levante el sumario del caso para saber a qué acusaciones concretas tienen que hacer frente. Rajoy señaló que sólo cuentan con la información que publican los medios de comunicación y que, por eso, "el PP está en una situación de indefensión absoluta". Como ejemplo, citó el caso del Lino, que relacionó a miembros del partido con el cobro irregular de ayudas a la producción de esta planta. "Al final quedó en nada, pero el daño a las personas ya estaba hecho".
"Solo dos imputados"
Sobre la supuesta trama de corrupción, el presidente del PP se ha limitado a decir que "solo hay dos dirigentes del partido en la lista de imputados y ambos han dimitido" y que "el PP no tienen nada que ver con el resto". A continuación defendió la honorabilidad del partido y la decisión de ser contundente si alguno de sus miembros hace "algo reprochable".