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Había una vez un circo en Alcorcón

lunes 09 de marzo de 2009, 18:01h
El circo es mucho más que un espectáculo. Es también una forma de expresión o una actividad física. Para descubrir de cerca cómo son las artes circenses a precios asequibles, Alcorcón dispone de la primera escuela de circo subvencionada por un Ayuntamiento.
Ser un buen payaso como Fofó o Miliki, andar sobre un cable rígido sin perder el equilibrio o hacer malabares sin que se caigan las bolas que se lanzan al aire son habilidades circenses, que hasta hace poco se aprendían en los circos, y que actualmente ya se pueden aprender en academias como la que hay en Alcorcón.

Y es que esta localidad del sur de la región cuenta con la primera Escuela Municipal de Circo (EMCA) donde se enseñan acrobacias, malabarismos, payasadas o equilibrios. "Uno de nuestros objetivos es que la escuela sea un espacio de desarrollo pedagógico del circo. Nos gustaría que las artes circenses se introdujeran en la enseñanza reglada", asegura el director de la escuela, Gonzalo Arias.

En la EMCA hay cursos para todas las edades: de iniciación para los más pequeños y los adolescentes y cursos para adultos sobre alguna disciplina en concreto. En total siete artes circenses se enseñan en esta escuela municipal: malabares, acrobacia, clown, equilibrios, pantomima, técnicas aéreas y danza.
"Todos los talleres tienen un gran interés, aunque quizá el de técnicas áreas es el que más alumnos atrae", afirma Arias.

Gonzalo  Arias, director de la escuela Cada curso cuenta con entre 15 ó 20 plazas. Al trimestre, unos 150 alumnos, entre niños y adultos, pasan por la escuela. Al ser un centro municipal, al menos la mitad del alumnado es de Alcorcón, pero también acude mucha gente de fuera de la localidad. Como señala el director, "es una escuela muy conocida. Además, somos miembros de una red europea de escuelas de circo".

Una parte importante de los cursos de la EMCA  son los dirigidos a los niños. Para ellos hay talleres de iniciación según su edad. Además, la escuela tiene un programa con los colegios de Alcorcón, los 'Circoles', gracias al cual unos 3.000 escolares de Alcorcón se inician en las artes circenses. "Vamos a los centros educativos a dar clases de circo en horario escolar o bien son los colegios los que vienen a la escuela y en diferentes sesiones trabajamos con todas las técnicas", indica Gonzalo Arias.

Asimismo la EMCA trabaja con el colectivo de discapacitados con talleres específico para ellos. En este caso, según el director, "se usa el circo como herramienta de comunicación, de participación. Así los discapacitados descubren sus habilidades, ven que gracias a la magia del circo, algo que no es posible se convierte en posible".

En definitiva, "lo que se pretende con la EMCA es acercar el circo a todo el público y que se le reconozca como arte escénica que es", apunta Gonzalo Arias.

La primera escuela municipal
La EMCA celebra este año el décimo aniversario del comienzo de los cursos y talleres en Alcorcón. "La asociación de malabaristas empezamos un proyecto de escuela de circo en la Casa de Campo, la Escuela Carampa en los años noventa. En 1993, a raíz de un encuentro de malabaristas que se hizo en Alcorcón, empezamos a idear esta escuela donde se pudiera dar unos cursos de iniciación al circo para gente con pocos recursos", explica.

El Consistorio de Alcorcón financia un 70 por ciento los cursos que imparte el EMCA. Así los precios de los cursos van desde los 25 euros el trimestre hasta los 60 euros el trimestre, en función del taller y de las horas que dure cada uno.

"El apoyo del Ayuntamiento de Alcorcón a la escuela es uno de los mayores de este país", asegura Arias, quien recuerda que la escuela se verá potenciada aún más con la puesta en marcha del Centro de Creación de las Artes (CREAA), donde habrá un circo estable y una escuela de circo para estudios de grado superior.

Desde su puesta en marcha, muchos han sido los alumnos que han pasado por la EMCA. Aproximadamente ha contado con cerca de 15.000 alumnos entre adultos y niños. "Hemos acogido a mucha gente que quería usar el circo como juego, como actividad física, y a la vez hemos querido darles una oportunidad de comenzar su formación en las artes circenses a los que querían dedicarse a ello", cuenta el director y añade que “el proyecto de circo que defendemos cuenta cada vez con más aceptación y raigambre en nuestra ciudad y a nivel académico, constituye un referente de las escuelas de formación artística asequible para los jóvenes”.

En este sentido, después de pasar por la EMCA, los alumnos más aventajados y con afán de enfocar su vida al espectáculo han seguido en la Escuela Carampa, donde se han especializado en alguna de las técnicas de circo o han seguido el programa de formación profesional que dura dos años, dentro del programa de empleo joven del INEM, o en escuelas superiores en otros países.
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