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Tranquilos: no habrá stanflación

Tranquilos: no habrá stanflación

jueves 12 de marzo de 2009, 10:04h
Aparentemente, hay motivos para alarmarse. Si  interpretamos, en el más estricto sentido de la cifra, el dato de inflación de febrero facilitado por Estadística,  el 0,7%, estamos cerca del peor escenario de precios posible: la stanflación. Los precios bajan, no suben, como consecuencia de la caída total del consumo. Es más. En  alguna comunidad autónoma  ya están experimentando el fenómeno.

   Pero, la cosa, ¿es para preocuparse? ¿Va a generalizarse la stanflación? Pues no. Señores. Permítanme pronosticar que no llegaremos al crecimiento cero de los precios, y mucho menos al negativo. Sólo hay que fijarse en un dato. Uno que sólo aparece en el tercer o cuarto párrafo de las informaciones sobre el IPC, es decir, un dato al que los periodistas damos relativa importancia, pero que los expertos tienen muy en cuenta porque mide el comportamiento estructural de la inflación. La subyacente en España, es decir, la inflación si se descuentan los precios de los productos energéticos y de los alimentos elaborados, es decir los componentes más coyunturales, se sitúa en el 1,6%.

   Ese parámetro de comportamiento, el 1,6%, en las condiciones económicas actuales, es muy razonable, a decir de los expertos.  Demuestra que los precios estructurales mantienen un nivel relativamente soportable en el que siguen funcionando los esquemas de la oferta y la demanda.

    Los precios energéticos dependen, en gran medida, de los  avatares del petróleo. Actualmente, tal y como están las cosas, el crudo, al que en un momento se le consideró uno de los factores culpables de la situación económica,  está pagando las culpas de las ambiciones desmesuradas de terceros, industrias incluidas, a las que se les advirtió bien clarito de las consecuencias que un incremento artificial de las materias primas podrían generarse tanto en los paises consumidores como en los productores. Y, claro, de aquellos barros vienen estos barros. O sea, que, tarde o temprano, la situación se corregirá y el precio del barril alcanzará un nivel aceptable. Mientras tanto, los precios energéticos seguirán cayendo, igual que el de los alimentos elaborados, las materias primas que han caído y siguen cayendo en picado.

   Coyunturas aparte, los componentes estructurales del IPC son aceptables y alejan el peligro de una stanflación. De momento no hay que temer la posibilidad de tal fenómeno
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