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José Graziano da Silva

El hambre es un problema mundial

El hambre es un problema mundial

domingo 15 de marzo de 2009, 19:32h

El hambre es un problema mundial

 

José Graziano da Silva

 

Vergonzoso.

 

Así describió el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la distribución, en plena crisis económica, de 20 mil millones de dólares USD en bonos/premio por los “banqueros de Wall Street” para si mismos.

 

La declaración fue hecha el 29 de enero, pocos días después de la realización, en Madrid, de una reunión convocado por España y la ONU para discutir el combate al hambre, la cual dio continuidad a los debates de la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria Mundial, promovida por la FAO en junio de 2008, en Roma.

 

Aunque el objetivo del encuentro de Madrid no era reunir fondos, al final del mismo, el Presidente del Gobierno español, José Luis Zapatero, anunció nuevos aportes a la lucha contra el hambre: más de 6 mil millones de dólares USD a lo largo de cinco años.

 

Las donaciones reafirman el compromiso de decenas de países con la erradicación del hambre. Entre Roma y Madrid, más 20 mil millones de dólares USD fueron comprometidos para ese fin. Sin embargo, ello también demuestra las dificultades de recaudar los recursos necesarios para garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el planeta, estimadas por la FAO en US $ 30 mil millones al año (¡mejor no comparar esa cifra con los premios distribuidos!)

 

También hay otra cuestión. Para que los USD $ 20 mil millones de Wall Street lleguen a los banqueros, basta con una transferencia electrónica, mientras que los recursos para combatir el hambre se deben transformar en ayuda alimentaria para los países en situación de emergencia, en inversiones en infraestructura agrícola, salud, educación pública, asistencia técnica y crédito para los agricultores familiares para garantizar la seguridad alimentaria.

 

Considerando la dificultad de reunir los recursos necesarios para combatir el hambre, y en transformarlos en beneficios concretos para la vida de casi mil millones de personas subnutridas en el mundo, la Reunión de Madrid tuvo algunos avances importantes.

 

La declaración final, firmada por representantes de más de 120 países, dice que la actual situación de inseguridad alimentaria es “inaceptable” (probablemente el adjetivo más cercano a “vergonzoso” que se puede utilizar en una declaración de este tipo).

 

Al mismo tiempo, recuerda que cabe a los Estados la responsabilidad primaria de garantizar el derecho a la alimentación, y reconoce la necesidad de aumentar la ayuda internacional destinada a erradicar el hambre.

 

También afirma la importancia de reforzar las redes de protección social y promover el desarrollo rural sustentable.

 

Además de eso, el texto formaliza el apoyo al Marco Global para la Acción, una propuesta del Equipo de Alto Nivel de las Naciones Unidas para Combatir el Hambre, que recupera el “enfoque de doble vía” defendido por la FAO, aprobado en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996.

 

La estrategia consiste, básicamente, en dar apoyo inmediato a las familias en mayor necesidad y crear las condiciones para que ellas puedan garantizar su propia alimentación en el mediano y largo plazo.

 

El Marco Global para la Acción traduce el enfoque de doble vía en acciones muy específicas, como por ejemplo, la importancia de promover programas de alimentación escolar y de compras a la agricultura familiar, ya implementados en Brasil. Son iniciativas que incluso los países con pocos recursos para hacer inversiones sociales pueden considerar, ya que ellos no siempre significan grandes gastos.

 

La Declaración de Madrid también destaca que el hambre es un problema global (como lo comprueba el alza de los precios de los alimentos y el impacto de la crisis económica en el número de subnutridos, que subió de 848 millones hasta 963 millones entre el 2005 y el 2008) y que por lo tanto requiere de una solución global, incluyendo la eliminación de los subsidios que distorsionan el comercio internacional.

 

Por eso, los países firmantes de la declaración defienden la coordinación de los esfuerzos internacionales en la lucha contra el hambre y apoyan la creación de una Alianza Global para la Agricultura, la Seguridad Alimentaria y la Nutrición.

 

Los contornos precisos de esa Alianza aún no están definidos, pero la declaración sugiere que ellos sean definidos en un proceso amplio de consultas con los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones internacionales, facilitado por la ONU.

 

No necesitamos crear nuevas estructuras o mecanismos de financiamiento para alcanzar una mayor coordinación y participación social. Podemos aprovechar mejor los recursos- humanos es institucionales- que ya existen. Entre ellos, el Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial, en el ámbito de las Naciones Unidas, y la Alianza Internacional contra el Hambre (www.iaahp.net) creada en 2003, que puede ser la pieza que falta para transformar la voluntad política en obligación. Ella puede ser el agente coordinador de los esfuerzos por alcanzar el objetivo de erradicar el hambre e incentivar las nuevas inversiones que serán necesarias.

 

Más información

Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe: http://www.rlc.fao.org

 

Contactos:

Lucas Tavares y Benjamín Labatut: [email protected], (562) 923 2176, (562) 923 2174

 

 

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