¿Tanto rollo pa’ esto?

Cuatro sesiones y once comparecientes. Nueve comisionados y una comisión. Ríos y ríos de tinta, minutos y minutos de radio y televisión. Todo eso ¿para qué?. Pues sinceramente para nada. Las conclusiones o los dictámenes de los tres trupos parlamentarios en la Asamblea, parecían redactadas antes de comenzar las comparecencias. Tampoco nos vamos a llevar las manos a la cabeza, que somos todos mayorcitos: pero cabria esperar algo más de un tema que ha saltado de la crónica regional a la nacional y que ha despertado pasiones. Da la sensación de que “la otra” comisión en la Asamblea, como fue la del Tamayazo, tumo más empaque, más enjundia, más recorrido. Y que esta de los espías se ha quedado en una comisión no nata, en una comisión interruptus y express que nos deja con más dudas que certezas y con más preguntas que respuestas.

A un castizo seguro que le asalta la pregunta o afirmación de ‘tanto rollo pa’ esto’. Y a ese castizo habría que decir que sí, que desgraciadamente sí: que todo este rollo nos ha llevado a apenas esto. A un dictamen, a 62 folios y a tres grupos enrocados en sus casillas de salida sin la necesidad, como en el Monopoly, de pasar antes por la cárcel.

Este miércoles cuando la gran mayoría de los madrileños esté pensando en salir de puente o en salir de la situación económica que les impide ir de puente se votará, ya por la noche, el único dictamen que verá la luz. El del PP. Esto tampoco es criticable per se: es lo que pasa en todos los parlamentos mundiales que en el mundo han sido. La única verdad que sale adelante es la de la mayoría. La democracía es así. No la he inventado yo. Y si acaso quedará una imagen: ¿qué votará Alfredo Prada a ese dictamen de su grupo parlamentario si es que el “presunto espiado” va al pleno en víspera de festivo? La excusa para no acudir será estupenda: al día siguiente es el Día del Padre. A la vuelta del Puente, la comisión ya será historia. Pero seguramente seguiremos hablando de estos temas. Y si no, al tiempo.