El plan lo divulgó en la Casa Blanca este martes la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, en la víspera del viaje que realizará a México la jefa de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton.
Al presidente de EEUU, Barack Obama, "le preocupa el incremento de la violencia, particularmente en Ciudad Juárez y Tijuana, y el impacto que tiene sobre las comunidades a ambos lados de la frontera", agregó en un comunicado la Casa Blanca.
El plan pretende "interceptar con más eficacia los flujos ilegales de armas y de dinero hacia México, y garantizar que la protección de nuestra frontera resista el flujo de drogas y violencia hacia Estados Unidos", según Napolitano.
La descripción de las actividades que llevarán a cabo diferentes agencias del Gobierno estadounidense no menciona un incremento de fuerzas militares, y señala escuetamente que el Pentágono colaborará con las Fuerzas Armadas de México "para aumentar el intercambio de información, la interoperatividad, la instrucción y el equipamiento de las unidades contra narcóticos".
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha desarrollado un plan que incluye doblar los equipos de protección fronteriza que, según el comunicado, incorporan agentes policiales y de inteligencia de ambos países.
Este departamento triplicará el número de analistas de inteligencia en la frontera, aumentará al doble los equipos de represión de la delincuencia extranjera y multiplicará por cuatro las oficinas de enlace que colaboran con las agencias policiales mexicanas.
En los próximos 45 días, la Administración de Tabaco, Alcohol y Armas de Fuego enviará otros 100 agentes a la frontera suroeste de EEUU para fortalecer su programa contra el tráfico de armas.
Por su parte, el Departamento de Justicia seguirá cooperando con México, y la Agencia Antidroga estadounidense (DEA) agregará 17 posiciones en la frontera suroeste.
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