"Es necesario discutir la oportunidad del ingreso de Venezuela al Mercosur, cuando el país es presidido por Hugo Chávez", sostuvo el senador del Partido Laborista Brasileño (PTB), quien gobernó Brasil entre 1990 y 1992, cuando renunció en medio de un escándalo de corrupción.
Collor recordó que hace dos años el presidente venezolano se refirió en forma despectiva al Congreso brasileño, y en especial al Senado, y sostuvo que esas "ofensas" no se corresponden "con el nivel de educación que debe haber en las relaciones diplomáticas".
El ex mandatario también manifestó su "preocupación" por lo que calificó de "inestabilidad política" en algunos países vecinos de Brasil, a los que no citó, y de la que responsabilizó a Chávez.
Como Collor de Mello, muchos parlamentarios brasileños todavía recuerdan cuando, en 2007, el líder venezolano los llamó "loros que repiten lo que dice Washington".
Chávez reclamaba entonces por críticas a su Gobierno y por las demoras que ha tenido en el Congreso brasileño la discusión del tratado de adhesión de Venezuela al Mercosur como miembro pleno, que fue aprobado por los Ejecutivos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay en 2006.
Ese tratado, hasta ahora, sólo ha sido ratificado por los Congresos de Argentina y Uruguay, por lo que Venezuela aún no acaba de sumarse al bloque con voz y voto.
Collor expresó su opinión en una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño en la que fue debatido el asunto.
El senador Eduardo Azeredo, presidente de la comisión, recordó que aquellas "ofensas" de Chávez fueron también en respuesta a las críticas de algunos parlamentarios brasileños por la retirada de la licencia al canal Radio Caracas Televisión (RCTV), calificado por Chávez de "golpista".
Según Azeredo, el presidente venezolano todavía "le debe al menos una explicación" al Senado brasileño.
El ingreso de Venezuela al Mercosur mantiene divididas las opiniones en el Congreso brasileño.
La oposición lo rechaza de plano y el oficialismo no acaba de encontrar una postura común, pese al interés del Gobierno que preside Luiz Inácio Lula da Silva en que sea aprobado.
El presidente del Senado y ex jefe de Estado José Sarney, uno de los firmes aliados de Lula en el Congreso, ha declarado en varias ocasiones su más firme oposición, alegando las mismas razones de Collor de Mello en relación al Gobierno de Chávez.
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