Tetuán es un distrito vertebrado en torno a la calle Bravo Murillo, una de las calles más comerciales de la capital y con un comercio de calidad. Desde esa calle hasta la Castellana, están los barrios de Cuatro Caminos y Castillejos y desde Bravo Murillo hacia la M-30, se encuentran Bellas Vistas, Berruguete, Valdeacederas y Almenara. En general, los dos primeros mantienen una imagen tradicional y están habitados por clases medias y altas; en los otros ha habido una importante llegada de inmigrantes que han transformado sus calles y trabajan en sus tiendas.
Uno de ellos es Tobasal, que viene de Bangladesh y se estableció en el barrio hace unos meses. Este nuevo vecino y sus familiares han reconvertido una antigua tienda de zapatos, cuyo propietario se había jubilado, en una frutería. Como ellos, otros bengalíes han abierto negocios de alimentación en la zona, en su mayoría fruterías, que abren en horario de 10 de la mañana a 10 de la noche. "Otros cinco amigos de mi país han puesto tiendas en este barrio", dice Tobasal. Eso no significa que el comercio esté en manos de bengalíes; también hay tiendas regentadas por chinos y pakistaníes.
"Los vecinos se dan cuenta de que hay muchas tiendas que llevaban mucho tiempo cerradas y ahora las están abriendo los inmigrantes" dice Fernando García, presidente honorario de la Asociación de Vecinos Cuatro Caminos-Tetuán, que agrupa a vecinos de los seis barrios del distrito. "Además, abren los siete días de la semana, en horarios muy amplios, a veces hasta las 10 o las 12 de la noche y eso es algo positivo".
"Sólo una minoría de las personas tiene miedo y prejuicios hacia los inmigrantes, pero yo creo que en general este distrito está abierto a la población de fuera. No es un barrio racista", asegura Marcela Manubens, una chilena que lleva 21 años en España y participa en la Comisión de Inmigración e Interculturalidad. "Lo que faltan son más oportunidades para conocerse, donde la gente conviva con los inmigrantes".
Por eso, esta comisión celebró el pasado miércoles el Día contra el Racismo y la Xenofobia en Tetuán. Los vecinos del barrio participaron en un "pasacalles por el distrito, pasando por el Mercado de Maravillas", en el que cada inmigrante portaba un cartel donde podía leerse su nacionalidad. Después, todos confluyeron en la plaza del Canal de Isabel II, donde realizaron bailes, teatros y otras actividades. "Es la primera vez que esta asociación lleva a cabo una actividad como ésta, dirigida a todo el distrito, y tenemos pensado hacer muchas más", señala Manubens.
Infraviviendas e inseguridad
"El distrito se está modernizando en cuanto a viviendas, aunque todavía quedan infraviviendas", señala Fernando García. "La nueva construcción está a precios muy altos, al nivel de lo más caro de Madrid, porque el distrito cada vez es más céntrico". Una de las desventajas de esta centralidad es que "cada vez hay más tráfico"., dice García.
En el barrio de Bellas Vistas se concentran algunas de las infraviviendas del distrito. En una de ellas vive Fátima Ben Said, con su marido y sus tres hijos en un apartamento de 25 metros cuadrados, por el que paga 500 euros de alquiler. "He pedido a los servicios sociales que me faciliten una vivienda, pero no lo he conseguido", dice esta marroquí que lleva siete años viviendo en este piso.
La corrala en la que se encuentra la vivienda de Ben Said alberga a otras 15 familias. "La convivencia aquí es muy difícil, porque hay mucha gente que viene a amargarnos la vida, que se pasa el día borracha y hace mucho ruido y monta broncas", dice esta trabajadora. Los problemas en el edificio se agravan porque la puerta de entrada siempre está rota. "Cuando la arreglan la vuelven a romper", se lamenta esta mujer.
Además de la existencia de infraviviendas, también los problemas de inseguridad se concentran también en la zona de Bellas Vista, lo que contrasta con la tranquilidad que se respira en la mayor parte del distrito. "Los vecinos bromeamos con que esta parte del distrito parece un poco el Bronx, y la parte cercana a la Castellana es Manhattan", dice Fernando García. Durante los fines de semana, en los alrededores de las calles Topete y Almansa -cerca del Metro Estrecho-, mucha gente se reúne para beber en la calle y son frecuentes las peleas y las reyertas.
El presidente honorario de Cuatro Caminos-Tetuán cree también que es preciso aumentar el número de equipamientos públicos. "En cuanto a centros de mayores no está mal, hay suficientes, pero empiezan a faltar escuelas porque la inmigración está aumentando considerablemente la natalidad y los colegios son los mismos". García asegura también que faltan equipamientos deportivos y un centro de la juventud, pero el problema es que el distrito casi no dispone de espacio para su construcción. "Ahora se va a desarrollar una nueva zona con la reforma del paseo de la Dirección y quizá ahí podría construirse algo", apunta.
Uno de los problemas que tiene ahora el barrio son los parquímetros cuya existencia suscita distintas opiniones. "Hay vecinos que está integrados en el movimiento antiparquímetros, pero otros los apoyan porque desde que están en el barrio se anda mejor por las aceras, donde antes aparcaban los vehículos", dice Emérito Sánchez, miembro de la misma asociación. "Desde el movimiento vecinal, en general, estamos en contra de meter más vehículos en el centro", añade. Sánchez destaca que "antes había muchos coches aparcados en todas las aceras, y con la llegada de los parquímetros esto se ha regulado.El problema es que a los residentes también nos cobran".