Patxi López ha vuelto a escribir este jueves, en la Casa de Juntas de Gernika, santuario de las tradiciones vascas, una nueva página de la Historia reciente del País Vasco, al prometer su cargo como lehendakari.
El acto ha contado con todos los ingredientes de las grandes ocasiones. Junto a los miembros del Parlamento vasco, el lehendakari saliente, J
uan José Ibarretxe, y los miembros del ejecutivo vasco saliente, en el acto han estado presentes también los representantes de todas las instituciones del País Vasco y del Gobierno de España, con tres miembros del ejecutivo, varios presidentes de Comunidades autónomas , dirigentes de los partidos políticos vascos y de todos los sectores de la sociedad vasca. Asimismo han estado presentes los anteriores lehendakaris de la etapa democrática,
Carlos Garaikoetxea y
José Antonio Ardanza.
Como estaba previsto, en el juramento realizado bajo el árbol de Gernika, López ha prescindido de la expresión
“ante Dios humillado”, que ha sustituido por una expresión de respeto a la sociedad vasca y ha prometido el cargo ante un ejemplar del Estatuto de Gernika, en lugar de ante un ejemplar de la primera versión de la Biblia traducida al euskera sobre la que se había jurado el cargo hasta ahora. También ha desaparecido de la mesa juradera el crucifijo que hasta ahora ha sido testigo de las juras de cargos del Señorío de Vizcaya durante siglos. No ha habido espacio para los discursos, ya que dijo que
"no es tiempo de discursos: tienen otro tiempo y otro lugar".
En su lugar el nuevo lehendakari ha leído dos poemas; uno en euskera de
Kirmen Uribe titulado "Maiatzan' y otro en castellano títuladoo
"Nada es dos veces" de
Wislawa Szymboreka, que decía:
"Nada sucede dos veces y es lo que determina que nazcamos sin destreza y muramos sin rutina. Ningún día se repite, ni dos noches son iguales, ni dos besos parecidos, ni dos citas similares. Entre sonrisas y abrazos verás que la paz se fragua, aunque seamos distintos como son dos gotas de agua".
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