Señales de humo

En campaña electoral nos hemos acostumbrado a escuchar a los políticos de todo, y a pasar por alto casi todo; pero para no volvernos tarumbas, el límite de las opiniones tienen que ser los hechos; y no, no es verdad que sea "porque unos cuantos militares cogen la gripe" por lo que el PP ha pedido la dimisión de la ministra del Defensa, como ha dicho Zapatero en Valencia (en mi opinión, para poder colgar de esta "percha" que le parece "indigno" que Rajoy defendiese a Trillo "después de lo que pasó con el Yak 42").

La cuestión que ha llevado al PP a plantear que si la ministra no puede dar una respuesta satisfactoria debería dimitir es exactamente la que la investigación que ordenó el viernes la propia ministra señala, a saber: por qué si el brote de gripe detectado en la base militar de Hoyo de Manzanares dio la cara el lunes (y el cuerpo entero el martes) se permitió el miércoles que visitaran la instalación militar afectada un colegio de niños y niñas de primaria. Opinión libre, si. Mentir, no.

   Tras el comienzo de la campaña electoral europea, varios medios de comunicación de referencia del corazón de la UE (Francia, Alemania, Reino Unido...) se están haciendo eco del auge que está experimentado en las encuestas de intención de voto el voto euroescéptico y, aun peor, el voto ultra, pronazi incluso. La incertidumbre ante la crisis y el desencanto con la política tradicional parecen estar abonando estos dos peligrosos segmentos de electores hasta ahora marginales. Y los acusados perfiles domésticos, con su agresividad y su miseria, que los partidos políticos tradicionales le están dado a la cita electoral europea, son, según explican los analistas, la gasolina que puede poner fuera de control este incendio

   Europa, la idea de progreso y paz común de los europeos, simplemente, no consigue abrirse paso en la selva de reproches e insultos --muy a menudo mirando más hacia el pasado que hacia el futuro, y hacia el ombligo de los partidos que hacia las soluciones que precisan los ciudadanos-- en que los partidos políticos han convertido la política nacional, y esto está aventando nostalgias fantasmagóricas que los europeos creíamos olvidadas. Los rumores crecen por la falta de noticias ciertas; la desinformación cuando la propaganda tapa la información; los caudillos a la sombra de la decepción con "los políticos" y el desistimiento "de la política" de los ciudadanos.