Nadal se pasea ante Hewitt y sella su billete a octavos de final

El líder del ránking ATP puso en evidencia al 'aussie', que mermado por las numerosas lesiones de los últimos años, está lejos del jugador que le arrancara un set en los octavos de 2006.

   Así, Nadal, que estuvo a un nivel infinitivamente superior al de sus dos anteriores enfrentamientos frente al brasileño Marcos Daniel y el ruso Teimuraz Gabashvili, doblegó a Hewitt por 6-1, 6-3 y 6-1 en un choque que resolvió en una hora y 51 minutos.

   El tetracampeón encadenó su trigésimo primera victoria consecutiva en Roland Garros en un partido en el que sólo dio una mínima opciones al de Adelaida en la segunda manga --único momento en que se puso por delante en el marcador (3-2)-- para regocijo del público que atestó la Philippe Chatrier.

   El manacorí, que sumó su victoria 178 sobre tierra batida, comenzó el duelo a un gran nivel y así no tardó en plasmarlo en el marcador (2-0). Con esa ventaja, dejó sin ideas a Hewitt, que asistía atónito desde el otro lado de la red multiplicando sus errores no forzados --35 en el partido--. Nadal ganaba sus servicios en blanco y se permitió el lujo de firmar un nuevo 'break' (5-1) para adjudicarse la primera manga con autoridad.

   En la segunda, calcó el guión. Un 'break' de inicio le permitió abrir brecha (2-0) aunque en esta ocasión, el australiano lo recuperó (2-2) y hasta pudo ponerse por delante (3-2). De todos modos, Nadal, eficaz con su saque --siete 'aces' en el partido-- no estaba dispuesto a hacer concesiones y recuperó el mando con una nueva rotura (4-3) para terminar llevándose el set al resto.

   Nadal, sin esfuerzos, había dejado sin ideas a un Hewitt que gozaba de los ánimos del público, pero que no tenía capacidad para volver a meterse en el partido.

   Así, el tercer set fue un mero trámite en el que, de nuevo, el balear encaminó con un 4-0 para cerrar el partido con un 'ace' cuestionado que determinó el juez de silla tras la reclamación de Nadal. Ahora, espera rival del duelo entre el también español David Ferrer y el sueco Robin Soderling.