La agencia calificadora detalló a través de un comunicado que la liquidez del país sigue siendo relativamente buena, aunque "los costes del perfil fiscal del Gobierno asociados a la recesión y su continua intervención el sector privado dejan en los riesgos crediticios en el lado negativo".
La perspectiva que S&P tiene de la calificación de Venezuela es negativa desde diciembre de 2008 y "refleja nuestra previsión de una contracción económica en 2009 y el consiguiente deterioro de la fiscalidad y las cuentas nacionales", explicó el analista de la agencia Robert Sifón Arévalo.
En 2009, S&P espera que el Producto Interior Bruto (PIB) de Venezuela se contraiga alrededor del 2%.
Además, calcula que el déficit por cuenta corriente alcance un 1% del PIB y el de Administración Pública un 6%, frente al superávit del 12,5% y el 1,4% que acumularon ambas partidas, respectivamente, en 2008.
En cuanto a las reservas del Banco Central, S&P prevé que éstas se reducirán hasta cerca de 30.000 millones de dólares, frente a los 41.000 de 2008, y que otros activos líquidos externos del Gobierno, como los incluidos en el Fondo de Desarrollo Nacional, descenderán hasta los 9.000 millones, frente a los 16.000 millones del año pasado.
"Si los precios del petróleo se reducen por debajo de las expectativas actuales, sin ajustes adicionales de las políticas del Gobierno, los indicadores externos y fiscales del país podrían deteriorarse aún más, provocando una revisión a la baja de la calificación", advirtió Sifón Arévalo.
Añadió que "por otro lado, si los indicadores fiscales y externos se estabilizan, se podría considerar la posibilidad de revisar la perspectiva y elevarla a estable".