El morreo verbal

En Majadahonda han inaugurado una biblioteca se centra en la figura de Paco Umbral, quizá el contemporáneo que mejor ha descrito el paisaje de Madrid tomado a la velazqueña, (atrapando el aire que hay dentro de los cuadros), así como catalogando a los personajes en estilo Darwin y con el deseo de que no se pierdan las especies. Umbral lo mismo escribía del tanga de Igartiburu que del último académico, (esos señores a los que veía forrados de sillón).

Umbral se ha perdido las nuevas relaciones entre dos viejos enemigos que ahora se tutean y se ponen cremita en la espalda. Esperanza Aguirre y José Blanco se han dado al “morreo verbal” que es un paso avanzado de las técnicas de besos de pico y miradas tropicales. Es tal la pasión de uno cuando alaba al otro que hay quién asegura que entornan los ojos para sentir con mayor intimidad. Antes se decían “Pepino” y “Esperancita”, pero ahora inauguran juntos y derriten con su pasión los planes que Magdalena Álvarez tenía congelados en Madrid.

De momento es todo oficial y despacho pero no se descarta que acaben tomando unas cañitas por La Latina y luego una cena en Lucio. De ellos dos se puede decir lo de Bruce Lee: si los dejas en una jarra caerán dóciles como chorros del té, pero si los sueltas de golpe pueden golpear duro.

Será leyenda urbana pero hay quién dice que ha visto un corazón de tiza con sus nombres escrito en una de las columnas de la estación de cercanías. Ella le agradece la atención y él le dice que es un “sol”. Aquí hay un musical, seguro.

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