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El mito de Bagua

El mito de Bagua

lunes 13 de julio de 2009, 07:46h

El informe de la Defensoría del Pueblo (1) desmiente rotundamente las fantásticas versiones que circularon profusamente después de la matanza del 5 de junio. Se decía que la Policía había asesinado a decenas o cientos de nativos, y luego los había quemado y enterrado en fosas clandestinas o arrojado al río.

El 7 de junio, dos días después de los sucesos, escribí una columna en este blog (La responsabilidad de Pizango), donde criticaba al líder de AIDESEP porque irresponsablemente “dijo a todos los medios de comunicación que había más de veinte nativos muertos por la Policía” la mañana misma de los sucesos.

Y agregué que eso era “una mentira grosera, que no tenía ningún fundamento más allá de los típicos rumores que circulan en esas circunstancias.”

“Ese tipo de anuncios imprudentes contribuyen a generar más violencia y, en ocasiones, tragedias como la que ocurrió.”

“En efecto, horas después, con los ánimos exacerbados por las mentiras que escuchaban en la radio sobre decenas de nativos supuestamente masacrados por la Policía, los que secuestraron a los efectivos en la estación Nº 6 de Petro Perú los degollaron brutalmente. No fue un enfrentamiento. Los policías estaban desarmados y atados. Los asesinaron cruelmente.”

Por escribir estas cosas, que hoy se demuestran absolutamente ciertas, recibí todo tipo de insultos, incluyendo los de algún ex amigo.

Una de las razones por las que nadie creía que hubiera 24 policías y 10 civiles muertos, la dio un historiador inteligente y habitualmente ponderado, Nelson Manrique:

“Si fuera cierta la versión del gobierno, de que nativos con lanzas y flechas mataron a 25 (sic) policías armados con fusiles AKM, tanquetas y helicópteros, y los despojaron de decenas de fusiles, con apenas tres (sic) bajas en sus filas, deberían renunciar todos los responsables, comenzando por la ministra del Interior, pues tendríamos a las fuerzas de seguridad más incompetentes del mundo”. (Los perros de la guerra, La República, 10.6.09).

No tenemos a la Policía más incompetente del mundo -aunque es cierto que el deterioro durante el gobierno aprista ha sido estrepitoso-, pero posiblemente si tenemos a la ministra del Interior más inepta del mundo y a mandos policiales dignos de tal ministra.

Y esas cosas si pueden ocurrir. Muchos relatos periodísticos e investigaciones como las de IDL-Seguridad Ciudadana han detallado los garrafales errores que llevaron a la peor matanza de policías en la historia del Perú, y a la peor masacre en asuntos de orden público.

Pero no sólo se trata del reporte de la Defensoría, los de IDL-SC y otros, sino de ponerse a reflexionar un instante sobre los sucesos. No hay duda que 24 policías fueron asesinados y nadie discute el desorden policial en ese momento, producto de un mal planeamiento, una mala ejecución y de mandos políticos y policiales incompetentes.

¿Cómo pudo ocurrir que esos policías, en medio del caos y la desorganización, sin comunicaciones adecuadas, asustados por la muerte de sus compañeros, de pronto se convierten en eficientes masacradores que desaparecen sin dejar rastros decenas o cientos de cuerpos?

¿Cómo pudieron hacer eso a la vista y paciencia de miles de manifestantes, que estaban por todas partes y de decenas de periodistas? ¿Cómo nadie fotografió ni filmó a los policías con sus latas ¡qué latas, barriles! de gasolina corriendo sudorosos en el monte, cavando fosas, quemando cadáveres? ¿Cómo policías que no conocían el terreno hicieron eso sin que ninguno de los miles de manifestantes, que si conocen la zona, los descubrieran? ¿Nadie vio las enormes columnas de humo que se desprenderían de tamaña hoguera? ¿Nadie vio las enormes llamaradas que produciría esa combustión?

¿Saben los que irreflexivamente sostienen la teoría de la masacre la cantidad de combustible y calor que se necesita para incinerar un cuerpo humano? ¿Han oído hablar de Auschwitz? O sin ir tan lejos ¿del horno del Pentagonito del que habla Ricardo Uceda?

Por último, como se pregunta en estos casos un enemigo de las teorías conspirativas, Umberto Eco ¿dónde está Garganta Profunda?

Inmediatamente después de los sucesos, varios medios (Perú.21, La República, IDL-SC) obtuvieron testimonios de policías que relataban los errores cometidos en la operación. Si se hubiera producido la matanza y desaparición de cientos de nativos ¿alguien puede creer que los 500 policías que estuvieron allí guardarían sepulcral silencio? ¿Qué no hubo uno sólo que contara eso, si hubiera ocurrido?

Por donde se le mire, la hipótesis de la matanza de decenas o cientos de nativos no tiene asidero alguno. No ocurrió. No se puede descartar, por supuesto, que haya algún desaparecido o fallecido más. De hecho, todos suponen que el mayor PNP Felipe Bazán está muerto. Pero lo otro, las fosas comunes y la quema de cientos de cadáveres no tiene fundamento.

Sin embargo, igual muchas personas lo van a seguir creyendo. La adicción a las teorías conspirativas es fortísima.

1.- Ver http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/informes/varios/2009/informe-adjuntia-006-2009-DP-DHPD.pdf, INFORME DE ADJUNTÍA Nº 006-2009-DP/ADHPD. ACTUACIONES HUMANITARIAS REALIZADAS POR LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO CON OCASIÓN DE LOS HECHOS OCURRIDOS EL 5 DE JUNIO DEL 2009, EN LAS PROVINCIAS DE UTCUBAMBA Y BAGUA, REGIÓN AMAZONAS, EN EL CONTEXTO DEL PARO AMAZÓNICO.

 

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