¿Dónde están las direcciones políticas en este país nuestro? En el Partido Popular se nota fácilmente que
Mariano Rajoy anda con la caña de pescar por Ribadeo y,así, es
María Dolores de Cospedal quien lanza el aviso: nos están espiando los teléfonos. Cabreo, claro, de jueces y fuerzas de Seguridad, es decir, de Justicia y de Interior. Quizá la secretaria general del PP, que lanzó su misil desde Marbella –por allí andan, mezclados entre el famoseo,
Aznar y
Felipe González--, debería haber matizado algo más, haberse rodeado de las consabidas cautelas. Pero razón, lo que es razón, tenía toda la razón (lea el artículo de
Fernando Jáuregui “Si no le pinchan el teléfono, no es usted nadie”). Aunque quizá un dardo tan afilado le hubiese tocado lanzarlo a Rajoy, y no a su secretaria general.
Entre los socialistas, también buena prueba de que hay descoordinación veraniega y de que Zapatero, aunque menos absorto en su descanso –hasta se permite la sorna contra Rajoy a cuenta de este descanso--, también anda con la hora canaria, han sido las declaraciones contrapuestas de
Moratinos y de
María Teresa Fernánez de la Vega en relación con las bases cedidas al uso norteamericano en Colombia. Va Moratinos a Venezuela y dice que a España eso de las bases le parece mal. Va la vicepresidenta a Colombia, pocos días después, y le expresa su respaldo a
Uribe. Uno dice a
Chávez lo que este quiere oir, y la otra hace lo propio con Uribe. Lo malo es que los mensajes son contrapuestos. ¿Quién delinea aquí las líneas estratégicas de la política exterior? En el fondo, Zapatero. Pero Zapatero en La Mareta y, antes, tan ocupado por los temas internos, ¿ha tenido ocasión de enterarse de la que se está cociendo en América Latina, esos países hermanos? Al final, quien paga el pato, el gran paganini, es siempre Moratinos, que se ha tenido que ver ‘corregido’ por la ‘número dos’ de ZP desde Bogotá.
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