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Las exigencias y opiniones de Ecuador

Las exigencias y opiniones de Ecuador

martes 18 de agosto de 2009, 06:54h
Desde el reconocimiento de las FARC como “fuerza irregular” hasta la creencia de que con su “gira muda”, Uribe puso en riesgo la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, funcionarios ecuatorianos opinan acerca de un eventual proceso de recomposición en las relaciones con Ecuador y dan a conocer las exigencias de su gobierno.

 

¿Qué son las FARC?

En alguna ocasión el presidente ecuatoriano Rafael Correa, expresó que si las FARC "liberan incondicionalmente a los rehenes, si cesan atentados, bombazos que se puedan considerar terroristas, si cumplen con los códigos de guerra, si cumplen con los tratados de Ginebra, si controlan un territorio y tienen un ejército disciplinado y organizado, ahí podríamos hablar de reconocerlas como grupo beligerante".

No obstante, el Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, reconoció que la evidente mezcla entre narcotráfico y política, que practica el grupo guerrillero, hace que su país descarte por completo el reconocimiento de las FARC como beligerante, otorgándole el estatus de “fuerza irregular”. "Esa tesis no está en discusión", dijo Ponce.

"Ese doble ingrediente (narcotráfico y política) puede llevar a sectores de la izquierda latinoamericana a equivocarse y caer en el equívoco de que una relación con las FARC es posible sólo en términos de una relación política", señaló.

Además añadió que "para Ecuador está muy claro el carácter absolutamente irregular" de las FARC y aseguró que "la relación histórica y lógica de Ecuador es con el Gobierno colombiano".

Y aunque reconoció que su gobierno no identifica a las FARC como terroristas, debido al marcado origen político del grupo, término adoptado por Colombia, Estados Unidos y la Unión Europea; sí aclaro que Ecuador mantiene una "política de tolerancia cero" frente a esa organización.

En ese contexto, Ponce indicó que tras un "escalonamiento de las acusaciones, basadas en supuestos testimonios" de guerrilleros en los que se sugería una relación del Gobierno del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, con las FARC, es necesario "proponer a Colombia otros escenarios".

A su juicio, uno de los "puntos neurálgicos" del debate que debería plantearse es que, "una vez superado" el tema de las acusaciones sobre connivencias entre el Ejecutivo ecuatoriano y la guerrilla, se hable de si es "legítimo que un país intervenga en otro territorio a nombre del combate a una fuerza ilegal".

Sin embargo, apuntó que, lo que ahora corresponde, es plantear una forma de diálogo que "supere la acusación de la vinculación con las FARC" y que Colombia establezca "con claridad", qué es lo que Ecuador hace "en términos de combate" a la guerrilla.

"Lo que Colombia puede poner en cuestión es la eficiencia o no de Ecuador en el combate con la fuerza irregular, lo que no puede poner en duda es que nosotros estamos combatiendo a esa fuerza irregular", opinó.

El titular de Defensa aseveró que su país pone "elementos en el escenario" para acercar una postura de diálogo, aunque sostuvo que "ya depende de la apertura que exista de Colombia" para entender a Ecuador y sus demandas.

Las exigencias

Fander Falconí, canciller ecuatoriano, afirmó que para que se pueda dar inició a un verdadero proceso de reconstrucción en las relaciones entre ambos países, un principio básico que su país pide a Colombia es que "rechace explícitamente" el argumento de la extraterritorialidad.

Según Falconí, Colombia debe "dejar expreso" que se abstiene de "intervenir en terceros países si es que considera que hay algún tipo de amenaza a su seguridad". Las declaraciones del canciller responden a las excusas que pidió el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, por el bombardeo que el Ejército nacional realizó en territorio de Ecuador.

Para el funcionario ecuatoriano ese rechazo público a la tesis de extraterritorialidad sería "la base, el inicio de cualquier proceso de diálogo", que, para él, al menos en una primera parte debe enmarcarse en la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR.

Recordó también que Ecuador estableció un conjunto de requisitos a Colombia para restablecer los lazos diplomáticos, sin cuyo cumplimiento, dijo Falconí, "no sería posible reanudarlos en este momento, porque éstos no están en discusión".

Entre los requisitos está que Colombia compense a Ecuador por los daños del ataque de marzo de 2008 y adquiera "un compromiso en materia de seguridad" en la zona de la frontera común, la entrega de información sobre el operativo militar, el tipo de tecnología usado o si hubo intervención de terceros países y que "se termine con la campaña de desprestigio al que han sido sometidas las autoridades de Ecuador".

Asimismo, se pide de Colombia un trabajo "humanitario, en materia de refugio internacional, dada la gran cantidad de colombianos en este país y esfuerzo que está realizando Ecuador en esta materia", añadió Falconí.

Para el funcionario, esos requerimientos se tratarían en "procesamientos bilaterales" de diálogo, en los que se demuestre "realmente la voluntad política de seguridad, operativa, de avanzar" en la reconciliación. Por ello, destacó que habría que crear una serie de "comisiones" y una "metodología" que abordara "cada uno de los puntos que ha planteado el Gobierno de Ecuador".

"Ecuador es un territorio de paz, jamás nos hemos negado a dialogar con Colombia", aseveró Falconí, mientras recordaba que el conjunto de principios y requisitos que se piden a Colombia "no están en discusión".

La UNASUR en peligro

Además de lo anterior, el Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, señaló que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, puso "en peligro" a la UNASUR,  con su gira por siete países de la región para explicar el acuerdo militar que permitirá a EE.UU. el uso de bases militares en el país andino.

“La UNASUR era el escenario natural para tratar la controversia, pero Uribe quiso ganar tiempo visitando unilateralmente a los países, el resultado fue poner en peligro el espacio regional", afirmó Ponce.

 Además, añadió que "el hecho de que Uribe haya reducido al plano del diálogo bilateral el tema de las bases, excluyendo a Ecuador y a Venezuela y, en principio, negándose a discutir el tema en el seno de la UNASUR, fue un paso atrás”.

Ponce recordó que el próximo 28 de agosto, en la ciudad argentina de Bariloche, se reunirán los mandatarios del organismo suramericano para tratar el tema, y que lo que allí ocurra va a ser "importante" para la región.

En esa tensa situación y con el rechazo que causó el anuncio del tratado militar con Estados Unidos, Uribe no asistió a la última cumbre de la UNASUR, celebrada en Quito, en la que Chile dio el relevo de la presidencia pro témpore a Ecuador. Ponce resaltó que la reunión de mandatarios en Argentina servirá para "crear las mejores condiciones y quitar cualquier tipo de pretextos para que Uribe no asista".

"Poner los elementos sobre la mesa también puede llevar a hacer análisis más generoso y más detallado de otros gestos que alimenten un nuevo escenario" de las relaciones en la región, añadió.

En torno a las declaraciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sobre que ese acuerdo militar despierta "vientos de guerra", Ponce afirmó que lo que existe es un conjunto de elementos, que "si se conjugan son altamente peligrosos". No obstante, en su opinión "hay vientos de paz también muy fuertes" y cada vez "resulta más difícil de aceptar el hecho de una guerra en América Latina".

 

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