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Con 130 millones de copias pagadas, la mayor de Estados Unidos

Reader’s Digest el más importante difusor de impresos de EE.UU., declaró el lunes su quiebra para actividades

Reader’s Digest el más importante difusor de impresos de EE.UU., declaró el lunes su quiebra para actividades

miércoles 26 de agosto de 2009, 02:45h

Reader's Digest Association Inc., editora de la revista de igual nombre que se proclama como la de mayor circulación pagada en Estados Unidos con 130 millones de copias, se declaró el lunes anterior en bancarrota, agobiada por deudas y la caída de ventas.

En la esquina de Macdougal Street y Minetta Lane, pleno corazón del Greenwich Village neoyorquino. En el sótano de esa casa (hoy transformada en restaurante) comenzó la historia de Reader's Digest.

Fue allí, donde en 1922, el matrimonio Wallace, De Witt y Lila, comenzaron la historia de su "sueño americano", enviando 5.000 cartas a amigos, conocidos y otros, solicitando 3 dólares por la suscripción anual a una revista novedosa: Formato pocket, con 30 artículos (uno por cada día del mes) de interés general, seleccionados de otras revistas, pero "condensados",es decir abreviados sin perder el sentido de los mismos.

Ese proyecto había sido concebido por De Witt después de quedar herido en la batalla de Verdun (en la Primera Guerra Mundial), durante su larga recuperación en el hospital que duró más de 2 meses. Al regresar de Europa, trabajó en la idea y envió su proyecto a más de 10 grandes editores en los Estados Unidos: nadie le vio interés comercial, salvo el magnate Randolph Hearst, quién, sin embargo, tampoco lo consideró viable.

De las 5.000 personas contactadas, 1.500 aceptaron la propuesta, y con un capital inicial de u$s 4.500, comenzó Reader's Digest que hoy cuenta con 52 ediciones independientes en 35 idiomas y más de 100 millones de lectores en todo el mundo, siendo uno de los fenómenos editoriales más importantes del mundo; aunque empezó a experimentar declive que ahora se volvió alarmante.

El editor del Reader's Digest, que reivindica la mayor difusión mundial de una publicación impresa, confirmó este lunes que declaró quiebra para sus actividades en Estados Unidos, como había anunciado la semana pasada, así como la obtención de un préstamo por parte de sus acreedores.

La editorial Reader's Digest Association, afectado por una deuda de 1.600 millones de dólares, se acogió a la ley de quiebras estadounidense (Capítulo 11) para reestructurarse, indicó en un comunicado.

La medida, aprobada por más de 80% de sus acreedores, concierne solamente a sus actividades en Estados Unidos, recordó el grupo, que posee representaciones en 44 países.

Reader's Digest Association precisó además que obtuvo un préstamo de sus acreedores por 150 millones de dólares, para cubrir sus necesidades de liquidez durante el proceso de reestructuración.

Con sede en Pleasantville, Estado de Nueva York (noreste), el grupo publica 94 revistas en total, de las cuales 50 ediciones de Selecciones del Reader's Digest.

A lo largo de la historia los libros han sido un gran instrumento de divulgación y una plataforma para comunicar conocimientos

También para narrar historias —reales o ficticias— interpretar acontecimientos, promover ideas, exponer sentimientos, memorias, experiencias y una lista interminable de los más diversos usos y funciones. Los nuevos formatos digitales y plataformas para leer, escribir y comunicar están contribuyendo a difundir la lectura y a facilitar la producción de libros y otros materiales.

Asimismo, han abierto la puerta a una nueva generación de lectores que por conducto de sus computadoras y otros aparatos tienen acceso a miles de libros que no siempre están disponibles en librerías o bibliotecas. Las ventajas que esos nuevos formatos ofrecen a consumidores de libros y a autores son a su vez verdaderos desafíos para la industria editorial, ya que amenazan su predominio. A diferencia de otros medios de comunicación que desde hace varios años tuvieron que competir con la industria digital que ofrece formas de producción y distribución de contenido más abiertas y económicas, la industria del libro no enfrentaba el mismo tipo de competencia, hasta que aparecen dispositivos como el Kindle y el iPhone, que desafían la hegemonía de un modelo que, como veremos más adelante, tiende a la consolidación de las empresas.

La quiebra de la famosa empresa Reader’s Digest esta semana y la de la cadena de librerías Borders en Estados Unidos hace unos meses son muestras claras de la gravedad de la crisis que vive la industria, que en buena medida se explica por su incapacidad de adaptación a la era digital. Esa quiebra apoya a quienes han puesto en duda la viabilidad del modelo de negocios que ha dominado al sector editorial los últimos 20 años.

Otra llamada de atención a los editores de papel ¿la atenderán?

*Jorge Pinto Mazal

En este contexto es importante recordar la evolución de las grandes casas editoriales en los últimos años, cuando voces autorizadas señalaron con alarma que en EU la independencia editorial llegaba a su fin. En los 80 la familia Newhouse —dueños de diarios y revistas— compraron la famosa casa editorial estadounidense Random House, el famoso dueño de diarios y cadenas de televisión Rupert Murdoch se hizo de Harper Collins, y el conglomerado de medios Viacom adquirió Simon & Schuster. La alarma subió de tono desde que en 1998 el grupo Random House fue vendido al gigante alemán Bertelsmann, una de las empresas de multimedios más grandes del mundo. La situación descrita ha cambiado radicalmente y la sonada quiebra de Reader’s Digest es otra manifestación de una profunda restructuración que el sector tendrá que realizar. Las nuevas plataformas desarrolladas por empresas de tecnología como Google, Amazon, Apple y muchas más van a facilitar el desarrollo de nuevas pequeñas y medianas empresas editoriales que estarán en capacidad de publicar libros con bajos tirajes, haciendo que la producción sea mas económica y de distribuirlos en librerías digitales, sin temer las costosas devoluciones. Estas circunstancias que anticipan cambios profundos en la industria hacen relevante la historia de las editoriales hasta antes de que empezara el proceso de consolidación antes mencionado. Hay numerosas biografías de las empresas que algunos casos llevan aún el nombre de sus fundadores. Destaca Another Life de Michael Korda, At Random de Bennet Cerf (fundador de Random House en los 20), The House of Macmillan (1843-1943) de Charles Morgan (los orígenes del Macmillan Publishing Group, que adquirió Ediciones Castillo en México en 2004) y Springer-Verlag, sobre la empresa alemana fundada en 1842. En éstos y tantos otros libros, como Max Perkins Editor of Genious (sobre editor de Scribner con sus “descubrimientos”, como Hemingway y Scott Fitzgerald) es posible asomarse al mundo de las relaciones cercanas que dueños de editoriales y editores establecían con los escritores. La pasión por los libros y la influencia que éstos tuvieron son claros en estas obras y en las que ellos generaron. No hay duda que la experiencia de una industria que en el pasado fue altamente personalizada, como la describen los libros antes listados puede servir de ejemplo a las nuevas empresas que producen libro digital, formato cuya aceptación se extiende a públicos cada vez más amplios. Vale la pena leer el “artículo líder” de la revista literaria New Yorker publicado hace unas semanas; “A New Page. Can the Kindle really improve on the book?” del novelista Nicholson Baker, en el que después de criticar al Kindle aprueba la lectura electrónica, particularmente en iPhone.

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