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España ya es mundialista; no faltará a la cita en Sudáfrica

España ya es mundialista; no faltará a la cita en Sudáfrica

viernes 11 de septiembre de 2009, 00:25h
España ya es mundialista; no faltará a la cita en SudáfricaLa selección española selló el pasaporte al Mundial 2010 de Sudáfrica, con un impecable camino creado con pleno de triunfos, en esta ocasión alejado de la brillantez pero sin sufrimiento ante la débil Estonia, a la que tumbó con goles de Cesc Fábregas, Santi Cazorla y Juan Mata.

No quiere el seleccionador que se hable de la España de Del Bosque, sino del grupo de jugadores, de la generación de oro del futbol español, que le ha tocado dirigir. Y lo hace con éxito, alejado de debates y centrado en seguir innovando en un grupo que no para de crecer.

Instalado en un segundo plano cuyo único objetivo es pasar a la historia conquistando el Mundial.

España llegaba a Mérida con la difícil tarea de mantener el alto nivel de juego. Por momentos hubo más espectáculo en la grada, volcada en la primera aparición oficial de la absoluta, que sobre el césped, donde se reivindicó Cesc Fábregas y en el que Iker Casillas superaba un nuevo registro, el de partidos sin encajar un gol.

Necesitaba un encuentro brillante Cesc. El tiempo pasa pero no cambia su rol. Y se desespera. Es un ganador nato y ante Bélgica no entendió su suplencia. Más sí cabe por la ausencia de Andrés Iniesta, por identificar su hueco en el nuevo sistema de tres centrocampistas.

El vapuleo a Bélgica de Riazor hizo pensar al seleccionador en repetir equipo pero si algo es Del Bosque, además de buen entrenador, es psicólogo. Su mano izquierda le ha conducido al éxito en capítulos pasados de su carrera. Y ante Estonia sabía que debía contentar a jugadores. Por el bien del grupo.

El pelotón de cabizbajos lo lideraba Cesc. Su cabeza no para de dar vueltas. Cuando Del Bosque le da la confianza sale a comerse el mundo. Despertó a la 'Roja' de unos minutos planos, aturullado por el calor, por los 35 grados, y sin ideas en un campo que le faltaba riego para colaborar en la velocidad del futbol español.

Los cambios en una zaga en la que Gerard Piqué se ha convertido en el auténtico capo, dejaron leves desajustes que aprovechó Estonia. Rival menor del grupo pero que nunca renunció a tocar el balón. No dio un solo pelotazo. Ni en los minutos de asedio. Antes fueron ellos los que hicieron que Iker Casillas se frotara los ojos para creer las acometidas del rival.

Un disparo lejano de Kink, un centro de Oper que remató arriba, sólo, de nuevo Kink, y un taconazo que rozó el palo de Zenjov, dejaban marca en 20 minutos en los que España añoraba el futbol desplegado en Riazor.

Hasta que apareció Cesc. Asociado con Xavi, mano a mano en la construcción con la espalda cubierta por Marcos Senna, comenzó a asociarse con Silva y Villa. A lanzar paredes y jugadas que acabaron siempre en remates fallidos de Fernando Torres.

Necesitaba un gol 'El niño', hambriento por no haber marcado en ningún encuentro de clasificación, pero su desesperación fue en aumento. Comenzó perdiendo por milímetros pases en largo de Cesc y Senna, para acabar lamentado claras ocasiones.

España se enchufó de golpe. Trianguló con brillantez pero Torres perdonó. A los 26 minutos chutó alto la jugada del partido. Piqué sacó jugado el balón, tras recorte en su área, Cesc hizo la pared con Villa, sirvió a Silva que dejó solo al 9 español que erró.

No creía lo que veía cuando tan solo cincuenta segundos después, tras pase al hueco de Xavi, perdonaba el mano a mano ante Pareiko. Dudó a la media hora, de nuevo solo, tras bajar un balón del cielo. Mientras Villa afinaba puntería chutando arriba dos disparos.

No falló Cesc. En una de sus clásicas jugadas, arrancando desde la medular con potencia, encontró la pared repleta de calidad de Villa, que devolvió el balón con el exterior del pie, para que definiera cruzado, ajustado al palo, ante la salida de Pareiko. Fue el tanto de un jugador que disfruta más asistiendo. Su tercero en 44 encuentros. Rabia desatada en la celebración.

Se soltó España ante el cansancio estonio. En ese juego de impulsos pudo aumentar el marcador, pero la chilena de Torres no entró, ni el potente disparo de Villa o el colocado de Piqué.

En la reanudación mareó a Estonia con el toque. Superior en calidad los goles eran cuestión de tiempo. Comprobado que no era el día de Torres y Villa, que se topó con el meta estonia en dos nuevos lanzamientos a puerta, Del Bosque movió el banquillo con acierto.

El hambre de la selección se personificó en Santi Cazorla y Juan Mata, que aprovecharon al máximo los minutos de los que disfrutaron. Un solo disparo desviado de Vunk fue el balance ofensivo de Estonia, antes de que tras innumerables intentos de pases en la frontal rival, Cazorla encontrase el hueco y su disparo potente, tras un rechace, se alojara en la red.

España disfrutaba de su clasificación al Mundial cuando, sobre la hora, Mata asistido por Cazorla en un cambio de juego, cruzó su disparo para cerrar un triunfo cómodo, sin brillo pero con el valor de confirmar la presencia de la 'Roja' en Sudáfrica. Acudirá con su mejor selección de la historia. Con un sueño por cumplir.
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