Los líderes del G-20 se acercaban este jueves (madrugada del viernes en la España peninsular) a un consenso sobre cómo restringir las primas que reciben los banqueros y que muchos señalan como una de las causas de la crisis financiera porque favorecen la asunción de riesgos excesivos para conseguir beneficios a largo plazo.
Sistema financiero
El presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso, confió en rueda de prensa en que como mínimo el G-20 acuerde unos "principios" sobre cómo hacerlo. Todo apunta a que en el comunicado final de la cumbre se hablará de la necesidad de vincular los sueldos de los banqueros con la salud de las finanzas de la entidad, en lugar de establecer unos topes específicos, como querían Francia y Alemania.
Eso sí, como el G-20 no tiene capacidad legislativa, cualquier cambio real en este campo quedará en manos de las autoridades nacionales.
EEUU, anfitrión de la cumbre, dijo este jueves --a través del portavoz de la Casa Blanca,
Robert Gibbs-- que la reforma de la regulación del sistema financiero era la principal prioridad en la agenda de la cumbre del G-20 que arrancó en la tarde del jueves, hora norteamericana, en Pittsburgh (Estados Unidos) entre los dirigentes de las primeras economías del mundo y los principales países emergentes.
Búsqueda de consenso
Lo cierto es que con estas palabras Gibbs intentaba contrarrestar unas declaraciones anteriores de la canciller alemana,
Angela Merkel, que alertó de que el interés de Washington en abordar en esta cita los desequilibrios comerciales entre grandes países exportadores como Alemania o China podría dejar en un segundo plano la urgencia en la reforma del sistema financiero.
Los líderes que asisten a esta cumbre, y que representan al 85 por ciento de la economía mundial, también parecen de acuerdo en que será necesario mantener
"durante algún tiempo más" los planes de estímulo que activaron de forma coordinada para reactivar la economía tras el estallido el año pasado de la mayor crisis desde 1929, según avanzó el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt. Y es que, explicó, aunque han aparecido algunos signos de estabilización en la economía, el paro puede seguir creciendo.
Tanto
Reinfeldt como el presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso, lamentaron este jueves la "f
alta de voluntad política" que han detectado para que países desarrollados y emergentes lleguen a un consenso sobre cómo financiar la lucha contra el cambio climático, otro de los temas en la agenda del encuentro.
FMI
Los líderes también debaten sobre si aumentan el poder de voto de los países emergentes (China, Brasil, Rusia y la India) en el Fondo Monetario Internacional. EEUU es partidario de que los países ricos les transfieran un 5 por ciento, mientras que los pequeños países europeos se resisten porque les restaría poder.
Mientras los líderes abordaban la agenda de la cumbre en una cena oficial, manifestantes antisistema se enfrentaban con la Policía, que les dispersó usando gases lacrimógenos y porras. Los escaparates de algunos establecimientos han resultado dañados.
El fuerte dispositivo de seguridad desplegado para garantizar la seguridad durante la celebración de la cumbre, que se prolongará hasta la tarde del viernes, ha convertido el centro de la localidad en una ciudad fantasma, en la que los únicos vehículos autorizados a circular son el transporte público, los taxis y los utilitarios de los residentes. A pesar de la limitación en el número de vehículos, en las calles se han formado incluso atascos, por la escasez de vías que han quedado libres para circular.
Planes de estímulo
Los líderes mundiales defienden mantener, de momento, los planes de estímulo acordados con motivo de la crisis financiera, al menos hasta que se acredite con seguridad el fin de las turbulencias económicas, según un borrador distribuido entre los participantes del foro en la noche de este jueves (madrugada de viernes en España).
Las grandes potencias y los países en vía de desarrollo apuestan también por colaborar y trabajar juntos cuando llegue el momento de retirar las iniciativas económicas extraordinarias. Además, han acordado dar pasos para contener los excesos empresariales como los que derivaron en la crisis financiera global, así como cooperar para incrementar los niveles de capital de los bancos, apunta el borrador.
Fuentes estadounidenses señalaron que el G-20, en el que España acude como invitada, se convertirá en "la entidad de coordinación para la cooperación económica internacional". De esta forma, asumiría un nuevo rol de liderazgo, según un representante de alto rango del Gobierno norteamericano, anfitrión del encuentro.
Energías limpias
Por otra parte, el G-20 ha acordado retirar paulatinamente los subsidios al petróleo y otros combustibles fósiles con la intención, "a medio plazo", de reforzar las energías limpias. El borrador señala que, paralelamente, los países redoblarán sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo en materia de cambio climático en la ONU incluso a finales de este año.
Por otra parte, el grupo insta al Banco Mundial a trabajar con las organizaciones de donantes de cara a crear un fondo multilateral que incremente la inversión en agricultura en los países pobres. El G-20 reconoce que en este contexto se hará necesaria una revisión del capital necesario para el Banco Mundial y las distintas entidades de desarrollo regional para la primera mitad de 2010.
Los líderes acordaron ceder un cinco por ciento de su voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI) a los países que cuentan con poca representación en el organismo, según confirmaron fuentes de los países miembros.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios,
Joaquín Almunia, confirmaron el acuerdo alcanzado por los líderes que representan al 85 por ciento de la economía mundial reunidos en Pittsburgh, Pensilvania. "
Hemos llegado a una conclusión esta noche para reformar el FMI y dar más protagonismo a los países que tienen menos peso", indicó Barroso.
A pesar de que en un principio los líderes europeos se mostraron reacios a dar más voz a los países emergentes, la presión de Estados Unidos parece haberles convencido para transferir un cinco por ciento de su voto, algo menos de los siete puntos que pedían algunos países, pero aún así un cambio de política importante.
"Lo que estamos intentando conseguir es minar las diferencias entre un número de países en Europa que, sin lugar a dudas, van a tener que adaptarse a los nuevos cambios", recalcó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, poco antes de aprobarse la propuesta.
Largo rechazo
No obstante, los países más ricos de Europa se habían opuesto ha esta medida firmemente ya que se resisten a perder su peso en el FMI. "Los europeos no quieren ceder sus asientos", indicó una fuente de la cumbre que explicó que si las economías emergentes cobraban más importancia, deberían adquirir más responsabilidades con el ente que ha aprobado billones de dólares en paquetes económicos de emergencia para los países más afectados por la crisis económica.
"Por supuesto que las cosas tienen que cambiar para que países como China salgan benefiados con el cambio. Pero aquellos que quieren recibir más también deberían comprometerse a dar más", precisó la fuente.
"Esta cuestión es indifente para los americanos, que pase lo que pase, seguirán siendo los más poderosos", agregó.
Según el borrador de la declaración final de la cumbre del G-20, los grandes beneficiados de la propuesta van a ser precisamente China, Brasil, Rusia e India. El poder de voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI) viene determinado por las cuotas de los países miembros, que se calculan de acuerdo al peso económico y comercial de cada país.
Zapatero
Por su parte,
José Luis Rodríguez Zapatero, ha hecho un llamamiento a la "máxima cooperación" entre los líderes del G-20, no sólo para luchar contra la crisis financiera, sino también para crear empleo, han informado fuentes gubernamentales.
Zapatero intervino en la cena con la que ha arrancado el primer día de reuniones para avisar de que Pittsburgh no puede ser, tras las citas anteriores en noviembre en Washington y Londres en abril, la cumbre del conformismo porque hayan aparecido los primeros síntomas que apuntan a una recuperación económica.
Si la primera reunión que el G-20 mantuvo a nivel de jefes de Estado y de Gobierno el pasado 15 de noviembre sirvió para adoptar una serie de medidas globales muy puntuales para evitar un nuevo 'crack' financiero similar al de 1929, y la de Londres para inyectar ingentes cantidades de dinero en países desarrollados y pobres con el fin de reactivar la economía, en la cumbre de Pittsburgh se debe persistir en la coordinación de la salida de la crisis, señaló el presidente en su intervención.
Zapatero se mostró a favor de ir coordinando una estrategia de salida de la crisis que pase por mantener el compromiso con las reformas ya en marcha y por la apuesta por una economía más sostenible porque existe el riesgo, avisó, de que se produzca un crecimiento económico que no vaya acompañado de creación de empleo.
Giro social
En este punto, el jefe del Ejecutivo defendió que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desempeñe un papel importante en el diseño de unas políticas coordinadas de empleo. Antes de la cena, Zapatero se reunió con una delegación de la Confederación Sindical Internacional (CSI), en la que se incluía el secretario general de Comisiones Obreras,
Ignacio Fernández Toxo.
Zapatero mostró su respaldo a la iniciativa de la CSI -que agrupa a organizaciones sindicales de 20 países-- de que el G-20 celebre una reunión de ministros de Trabajo a principios de 2010 en la que se invite a los agentes sociales. El presidente del Gobierno español coincidió con los representantes sindicales en que el gran reto que tiene por delante el G-20 es el empleo.