"Sucedió en el mes de abril, hace cinco meses, que salga ahora está totalmente fuera de lugar. Sale porque nos tienen ganas ya que el Barça está viviendo el mejor momento de su historia. A mí también me tienen ganas por mi forma de pensar. Hay gente intolerante que no la acepta", señaló Laporta.
El presidente salió al paso para dar su versión del espionaje, adelantando que él conoció el caso una vez que estuvo cerrado. "Había ciertas sospechar de que alguien había intentado conseguir información personal de los vicepresidentes. Se tomó la decisión de actuar, se pasó pagina y se frenó el tema", explicó.
Al argumento de la persecución personal, Laporta sumó como elemento clave "la cercanía electoral", unas elecciones que se producirán el próximo verano, aunque "ya hay personas que están molestando calentando motores" de cara a la cita. "Intentarn erosionar y desestabilizar", clamó el mandatario.
Laporta también fue rotundo para defender la labor del director general corporativo del club,
Joan Oliver, que decidió la "auditoría de seguridad" para los cuatro vicepresidentes. "Es uno de los mejores directores generales de la historia del club y uno de los artífices de la actual situación del Barça. Tengo plena confianza en él y no voy a prescindir de sus servicios", respaldó.
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