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¿Fin del Muro? ...¿Qué muro?

¿Fin del Muro? ...¿Qué muro?

martes 10 de noviembre de 2009, 08:14h

Todo el mundo parece sentirse feliz con motivo del 20 aniversario de la caída del “Muro de Berlín”. ¡Pues muy bien, felicidades a todo el mundo! Acabó –al parecer- aquel día memorable la “guerra fría”, cuando empezaron a caer ese muro y los demás muros de la llamada Europa del Este. Se dejó de hablar del “Telón de Acero”, que acuñó Churchill, y que había dividido a Europa desde 1961. ¡Alegría: se acabó por fin la terrible y larga pesadilla del comunismo soviético, iniciado en 1917 con la caída y muerte de los zares rusos! Cientos de alemanes sucumbieron en su intento de saltar aquel tremendo muro, hasta el 9 de noviembre de 1989, comienzo del fin de la desintegración de la URSS.

 Muchos de los que hoy celebran tal aniversario se frotan las manos de nuevo ante el fin de aquel régimen comunista “totalitario”, porque “demostró” que aquella revolución, en nombre del proletariado, no había beneficiado al pueblo. ¡Viva, pues, la llegada de la libertad en la Europa del Este! ¡A celebrar el fin del perverso comunismo! ¡Viva la libre democracia occidental…. y viva el sacrosanto capitalismo universal! Desintegrada la Unión Soviética es evidente que en el Este de Europa hay “más libertad”. El mundo se ha hecho mejor (desaparecidos desde Stalin a Breznev, y perdonado Gorbachov), y por supuesto pasados a “mejor vida” Ceaucescu, Tito y Enver Hodxa. Si a alguno le apetece la idea, quizá pronto pase también a mejor vida ese residuo extraño de la KGB llamado Putin. Así que celebremos todos “con flores a María” (o de “maría”) este vigésimo aniversario. ¡Tó er mundo e güeno!

Pero hoy, en este feliz 20º aniversario, lo que habría que preguntarse es si estamos celebrando una gran falacia, una colosal mentira. Si verdaderamente han caído todos los “muros de la vergüenza” (como también se le llamó) existentes en este turbulento mundo de principios del siglo XXI. En Palestina, Gaza y el gigantesco muro de la vergüenza de cientos de kilómetros alzado por Israel; en el Sáhara, el muro de la vergüenza implantado a fuerza de minas por nuestra “amiga” Marruecos, provocando la existencia del Frente Polisario al mando de 250.000 exiliados magrebíes, que malviven en jaimas a la intemperie del desierto; en México, el muro de la vergüenza levantado a lo largo de kilómetros por los Estados Unidos, para impedir que la miseria se aloje en el país más poderoso del mundo; en Irlanda del Norte, donde la división del país –entre protestantes y católicos- levantó, de manos del gobierno británico, un muro de la vergüenza que ha producido miles de muertos en Belfast a lo largo de los últimos 40 años; incluso en España, donde se levanta otro muro vergonzoso de cemento en las fronteras de Ceuta y Melilla, para que los más pobres del Norte de África no lo traspasen buscando la prosperidad ibérica, cantada a los cuatro vientos por algún gobernante triunfalista que se llena la boca colocándonos entre los países más ricos de la tierra.  
   ¿El fin del muro? ¿De qué muro? El mundo (y España) están minados de muros: capitalismo y pobreza; nacionalismos; dos iglesias; dos Españas…. ¿De qué muros estamos hablando? Sí: la caída del “Muro de Berlín” fue un hito memorable en la historia del siglo XX, pero no nos equivoquemos: la libertad y la riqueza no llegaron al mundo con la caída del muro, ni con el derrumbe del comunismo soviético, como piensan muchos. Los 42 millones de desplazados a causa de los actuales conflictos a fecha de 2008, los 239 millones de desempleados en 2009, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, o los 1.200 millones de pobres que habrá en el año 2015 en el mundo…. no son consecuencia del comunismo ni se lo podían imaginar los que se alegraron hace 20 años con la caída del muro de Berlín. Hay en el mundo cerca 86.000 multimillonarios que aglutinan en sus cajas fuertes secretas cerca de ¡50 billones de dólares!...  y a los que les importa una higa el muro de Berlín, la libertad, o la pobreza de esta humanidad que nada en la miseria. África, el sida, el exilio, las pateras o los 8 millones de pobres (según Cáritas) que se calculan en España, tampoco les causarán especial pena.      Cayó el muro de Berlín, pero no el sistema que lo provocó: un falso comunismo dictatorial y un incombustible y terrorífico capitalismo que sobrevive a todas las crisis, todos los muros y todas las infamias. Esta es la gran mentira de la vigésima celebración de la “libertad” en Europa. La gran falacia de la igualdad de oportunidades, en vez de la igualdad de derechos. La gran coartada para los que, en nombre de esa “libertad” recuperada, pueden seguir acumulando riquezas a aunque a su lado (pero sin volver la vista) se produzca la muerte por el hambre o la enfermedad de millones de seres humanos. ¡Cayó el muro, se acabó el comunismo, viva la sempiterna pobreza y la terrible miseria del mundo, durmamos felices…. y comamos perdices!
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