Evaluar con ponderación la acción de este gobierno es complicado, por tantas injurias, calumnias y ofensas de las cuales este mandatario hace gala. Así, tenemos una nueva estructura constitucional novedosa, y sólo el tiempo permitirá medir el desarrollo de derechos individuales y su implementación ya que hasta hoy es solo instrumento del Gobierno y su aplicación, al igual que el sistema legal, es discrecional para sus adversarios.
Existe también una reforma legal integral muy importante, pero desvirtuada, para concentrar todos los poderes y facultades en el Jefe de Estado. Los famosos planes y programas son entelequias románticas, peores que ofertas electorales y nadie los evalúa. Su política económica y su grandilocuencia verbal parecen mofa y no concuerdan con los clásicos indicadores en los que ocupamos ubicaciones desastrosas, a nivel internacional.
El tiempo evaluará si el abuso de las cadenas, el dispendio oscuro de la publicidad en manos de una familia, fueron exitosas, no solo para ellos. En el campo social tuvieron éxitos pero en la realización de obras físicas demostraron despilfarros y una ineptitud total.
En lo jurídico una ineficiencia espantosa. Pero, nadie aspira a que no concluya el cuarto año de gobierno para el cual sí fueron elegidos, pero todos soñamos que sus venenos, odios y pasiones, el egocentrismo y la ineficiencia sean partes ya del pasado. Que los arqueólogos del pensamiento que cercan al Presidente, vuelvan a sus oficios de mercaderes de publicidad, poetas oráticos y cantantes y tarimeros de parroquia.