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Méndez, dimite como 'Vicepresidente'

Méndez, dimite como 'Vicepresidente'

sábado 30 de enero de 2010, 10:22h
La similitud entre lo que ocurrió en 1988 cuando el gobierno de Felipe González, con "el rodillo socialista parlamentario" funcionando a pleno rendimiento, avasallaba a la sociedad sin importarle su opinión, y lo que ahora hacen Zapatero y los suyos, era que entonces no había oposición. O, al menos, la que había era tan débil y estaba tan dividida que apenas se hacía notar su influencia. Pero existían los  sindicatos. Y estos no pasaron por el aro de lo que proponía  la "vasca" formada por González, Solchaga, Benegas y "sociólogos" parecidos. Como decía el malogrado dirigente sindical, Manolo Garnacho, "el mejor economista de Tafalla", en referencia al responsable de la política económica de la época. Consecuencia: huelga general el 14 de diciembre de 1988 la mayor de la historia de España y una movilización que los historiadores sólo comparan  con la advertida durante el advenimiento de la Segunda República.

Zapatero, muy dado a hablar de la "memoria histórica", debería recordar lo que hizo un personaje que tuvo mucha influencia en su partido, el antecesor en el cargo de su amigo, Cándido Méndez, - al que llaman "cuarto vicepresidente del gobierno", por un diáfana injerencia en la política económica-.  Nicolás Redondo, abandonó su escaño en el Congreso, junto a su  "mano derecha", Antón Saracíbar y el añorado amigo mío, entonces senador, Emilio Castro, en protesta por la reforma de las pensiones que llevaron a cabo "Felipe y su vasca"

Y ahora, por fin, escuchamos una voz discrepante dentro de la "unidad sindical". Toxo y Méndez, dejan de lado su querencia a  ser  los palmeros de Moncloa, y se oponen a una de las medidas mas antisociales jamás cometidas en la joven democracia española. Que ni siquiera Aznar, en nombre de la derecha española, se atrevió a proponer, aunque llegó a plantear su posibilidad.Por algo se empieza.

Y es que, a falta de una oposición como debe ser, con un Rajoy débil y pusilánime, y un PP superdividido, cada vez más, por querellas internas protagonizadas por todos contra todos y para todos, a la ciudadanía silenciosa sólo nos queda una esperanza: la sindical.

Una esperanza que habíamos perdido, por la peligrosa tendencia de las centrales mayoritarias a burocratizarse para perpetuar sus aparatos, al precio que haga falta.

Y ha tenido que ser el controvertido asunto de la reforma de pensiones, como ocurrió en los ochenta, el  que ha despertado a los líderes sindicales de este letargo para que se "pongan las pilas" y comiencen a hacer lo que deben hacer. Para lo que se les ha puesto. Para convertirse en caja de resonancia de las inquietudes de la sociedad. Para recoger el descontento cuando lo haya, como ocurre ahora. Y lo canalicen, si hace falta con movilizaciones, huelga general incluida.

Y hablando de sindicalistas. También hay "estopa" para uno "ex". El que acompañó a Redondo en su travesía del desierto de los ochenta y los noventa oponiéndose radicalmente a una política que iba en contra de los intereses de los trabajadores.  Antonio Gutiérrez, es, ahora, diputado del PSOE. Y, para colmo, preside la Comisión de Economía del Congreso.

Antonio, me conoces muy bien. ¿No ha llegado el momento de que hagas valer tu influencia, incluso renunciando al escaño si no te hacen caso? Todo con tal de parar semejante despropósito
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