El 8 septiembre del año pasado, el Gobierno declaró al Ecuador "Patria Alfabetizada". La declaratoria, según el ministro de Educación, se realizó sobre proyecciones de la tasa de analfabetismo que señalaban que este alcanzaba a menos del 4% en los mayores de 15 años, límite técnico para una declaratoria de esta índole. Sin embargo, los resultados de la Encuesta de Empleo y Desempleo de 2009 del INEC señalan que la tasa de analfabetismo se mantiene en el 7,8%, lo cual deja sin piso la declaratoria de "Patria Alfabetizada".
El Ecuador redujo el analfabetismo desde el 44,2% en 1950 hasta el 9% en 2001. El abigarrado nivel de fragmentación y disparidad de la sociedad ecuatoriana genera diferencias en relación con esos índices promedio, según sea la zona urbana o la zona rural y tanto
más cuanto se trata de población indígena de la Sierra central.
En un análisis de Cordes, se exponen cinco hipótesis para explicar la errada inferencia de una
reducción de la tasa de analfabetismo que no corresponde a la realidad: 1) subcobertura de los programas de alfabetización: de los 700 mil analfabetos, solo 95 mil declaran haber participado en algún programa de alfabetización los últimos tres años según la Encuesta de 2009; 2) en muchos de los programas, participaron personas que ya eran alfabetas: los colegiales obligados a alfabetizar se encargaban de ubicar a los analfabetos, y no se contó con mecanismos para verificar esa condición de las personas seleccionadas; 3) los programas tuvieron altos niveles de deserción; 4) problemas de eficacia de los programas: entre los que los terminaron, solo el 10% declaró poder leer y escribir un párrafo con facilidad; 5) problemas de registro de la información: no se centralizó en una base de datos a escala nacional. La apresurada declaración de "Patria Alfabetizada" exige una explicación que, además, permita reorientar los programas para doblegar el analfabetismo.