www.diariocritico.com

La Paz y Cochabamba son los departamentos más castigados

Las lluvias no cesan y existen miles de damnificados

Las lluvias no cesan y existen miles de damnificados

lunes 08 de febrero de 2010, 03:35h

Hasta la fecha ya hay más de 3.000 familias damnificadas y aún no se determinó cuánto perdieron debido a que su producción de arroz, banano y otros cultivos fue dañada. A este panorama se agrega que hay poca accesibilidad a la zona, que está casi aislada porque el agua no deja caminar y obliga a los habitantes a refugiarse sobre los techos de sus viviendas.

Viviendo con el agua hasta la cintura y tras soportar ocho arremetidas de los ríos Ichilko y Sajta en lo que va del año, los pobladores de Puerto Villarroel y sus alrededores sienten que ya lo perdieron todo. La ayuda tarda en llegar y aún consideran si evacuarán a los más afectados a las dos escuelas existentes en la zona urbana.

Puerto Villarroel y sus alrededores, principalmente Carrasco, son la zona más castigada por el desborde de ríos y producto de las persistentes lluvias desde enero del año pasado.

En un recorrido por la zona se constató por qué siete familias fueron dadas por desaparecidas el pasado viernes: estaban aisladas por el desborde de los ríos Ichilo, Sajta y Pari, pero ya fueron halladas.

El productor de arroz Juan Veizaga, que llegó a Puerto Villarroel en 1974, no recuerda haber vivido en esa zona inundaciones tan seguidas por el desborde de los ríos, ocho en lo que va de este 2010.

Las aguas del Ichilo y el Sajta no dejaban de avanzar el viernes sobre las riberas del pueblo, en medio de la impotencia y el temor de los habitantes que, infructuosamente, han intentado hasta lo imposible para detenerlas.

Las autoridades de Defensa Civil dejaron por primera vez en este año 523 raciones de alimentos y herramientas, luego de un sobrevuelo por las zonas afectadas en el Chapare cochabambino: Puerto Villarroel, Chimoré, Villa Tunari e Ivirgarzama, por el rebalse de los ríos Ichilo, Chapare, Chimoré, Sajta y Cesarzama.

En su afán por controlar el curso de las aguas y evitar el desmoronamiento del edificio, los vecinos del centro turístico El Cliper, en Puerto Villarroel, construido con su propia inversión, comenzaron la semana colocando defensivos en la orilla, pero las aguas del afluente los han obviado e inundaron no sólo el pueblo, sino también los chacos de los productores. A los costados de la carretera han comenzado a salir manadas de escuálidos animales en busca de comida para su sobrevivencia.

“El ganado come pasto limpio, no lo puede hacer con lodo. Ahora tienen que buscarse la vida. Qué les vamos a dar nosotros si ni siquiera tenemos para comer”, lamentó Veizaga, uno de los 74 socios del proyecto gubernamental de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), que se prestaron dinero para sembrar arroz, que ya no sirve, pues está enlodado. Él cuenta que mientras en Puerto Villarroel las aguas llegaban hasta el muslo de los adultos, en la carretera a Yapacaní éstas estaban a la altura de la cintura, la noche del viernes.

En la central de Ayopaya, en Ivirgarzama, los ríos Chimoré y Cesarzama han comenzado a retroceder, dejando todos los cultivos, mayormente platanales, enterrados en lodo, luego de que desde la madrugada del viernes el agua anegara un área colectiva de terrenos, dañando 500 de las 800 hectáreas de banano que allí se producen para la exportación.

Los productores de banano vieron impotentes desde sus techos y los árboles cómo el agua subió hasta dos metros de altura en el sector de los cultivos, y aunque las aguas han bajado considerablemente gracias a que dejó de llover unas cuantas horas, las huellas dejadas son notorias: en las casas las marcas de la humedad se han calcado en las paredes, y los cultivos han quedado rotos y embarrados.

Pacífico Flores dijo que junto a la central de Ayopaya también están afectados unos cien socios productores de banano de la Asociación de Bananeros Ingavi, de las centrales Puerto Alegre y 6 de Agosto; unas 2.000 familias, cuyos cultivos están incluso a mil metros de distancia del río.

“Estamos en espera de que madure la fruta, teníamos que venderla ayer, pero por la riada ya no hemos podido cargar, teníamos que bajar (la), pero si lo hubiéramos hecho ya se lo hubiera llevado el agua. Ya hemos perdido 120 chipas (de plátano) desde el año pasado que llegó la primera riada, ahí se llevó 40 y en otro 40 y en otro 40”.

En Ayopaya ya van por la quinta riada con la del viernes y los productores están intentando llevar adelante la idea de colocar estacas de metal y madera con mallas que contengan la fuerza de las aguas que amenazan con retomar su ataque por las lluvias. Ahí se calcula que son 2.000 familias las que fueron afectadas en sus bienes y propiedades.

De acuerdo con una evaluación preliminar que las autoridades hicieron ayer, tras un sobrevuelo en helicóptero en Chimoré, existen alrededor de 1.020 familias damnificadas que son prácticamente todas las que pertenecen a tres centrales de productores en el Chapare cochabambino.

Hay poca accesibilidad a la región afectada por lluvias y riadas.

Precaución en El Sillar

El servicio de transporte de buses desde Cochabamba hacia el oriente del país se reanudó ayer luego de que la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) habilitara los tramos afectados en El Sillar, informó Edilberto Mendoza Mercado, jefe de Tránsito de la Terminal de Buses.

Las empresas que cumplen servicios de transporte hacia Santa Cruz, tanto por la ruta nueva como antigua, procedieron a la venta de pasajes desde las 07.00 de ayer.

Mendoza dijo que personal de la ABC envió la correspondiente autorización para que se reanude el flujo del autotransporte hacia Santa Cruz por la carretera nueva.

Sin embargo, el personal de la ABC, como de Tránsito, recomendó transitar con precaución, especialmente por El Sillar. “La ABC nos indicó que informemos a los choferes de las diferentes empresas de transporte que marchen en caravana por El Sillar, puesto que en este lugar se habilitó una sola vía”.

Las emergencias

De acuerdo con datos oficiales, el número de familias damnificadas por las lluvias en el país llega a 28.000.

El Viceministerio de Defensa Civil anunció ayer el envío de 14 toneladas de alimentos y vituallas al Chapare.

Las autoridades sobrevolaron la zona pero no pudieron aterrizar debido a la crecida de las aguas de los ríos.

En el trópico cochabambino se han desbordado los ríos Ichilo, Chapare, Chimoré, Sajta y Cesarzama.

Desde el inicio de la época de lluvias se registraron 12 decesos, incluido el joven de 14 años fallecido ayer en La Paz.

El adolescente murió aplastado por una roca de 20 toneladas que se desprendió de un cerro por la humedad.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios