El jefe del Gobierno,
Rodríguez Zapatero, viene insistiendo en las últimas semanas en tres propósitos decididos: sumar esfuerzos en medidas contra la crisis, crear empleo con urgencia y reducir el déficit al mayor ritmo posible, para atender las normas de la Comisión Europea. Este lunes, ha hecho declaraciones al diario
Financial Times en las que insiste en la exigencia y necesidad de reducir el déficit presupuestario. Ha declarado que España cumplirá sus compromisos de reducción del déficit al coste que sea, y que no bajará a la segunda división de las naciones. Zapatero asegura que cumplirá con el plan de austeridad puesto en marcha este año por su Gobierno, pero que, si es necesario, introducirá medidas más duras para sacar a España de la recesión. "Tenemos un plan creíble, veamos cómo se aplica este año y si estamos en línea con los objetivos trazados, pero, desde luego, si tenemos que hacer más cortes y es necesaria mayor austeridad, los haremos", afirma el jefe del Ejecutivo español.
Las medidas ya puestas en marcha incluyen reducir el gasto público en todas las administraciones (central, regional y local), la casi congelación en la contratación de empleados públicos y subidas de impuestos, entre otras medidas ya conocidas. Sin embargo, Zapatero, en esta entrevista matiza que España tiene que hacer un gran esfuerzo para proteger a los desempleados y al mismo tiempo "aumentar la producción y la actividad económica tanto como se pueda" para salir de la recesión, que, en su opinión, está cercana. "El déficit actual es insostenible, pero estamos decididos a controlarlo y así lo haremos en los próximos tres años", dice Zapatero, que añade en otro momento de la entrevista que España "no bajará a la segunda división" de las naciones. Dice también que "España ha logrado grandes avances en los últimos 30 años de democracia, pero también tiene problemas, ahora pasamos por tiempos difíciles, pero saldremos de esto más fuertes", añade.
Sobre el mayor problema de España, el desempleo -por encima de cuatro millones de desempleados-, el presidente del Ejecutivo español dice que es partidario de lograr un acuerdo entre empresarios y sindicatos que incluya más flexibilidad en la contratación, pero "preservando las garantías y los derechos de los trabajadores".
También aborda la crisis de Grecia, de la que Zapatero dice que la UE no dejará que caiga en suspensión de pagos y que el mensaje del reciente Consejo Europeo ha sido claro al respecto al concederle sus países miembros préstamos bilaterales por valor de 30.000 millones, si Atenas decide activar el paquete de rescate de sus socios.
Financial Times pregunta a Zapatero si el país no está ahora más polarizado que antes de su gestión. "Siento que había más polarización en mi anterior gobierno, cuando hubo grandes tensiones entre el Gobierno y la oposición en relación a la lucha contra ETA", afirma Zapatero.

En otro momento de la conversación insiste Zapatero en que España no bajará a una segunda división de naciones. "No, no. España no va a bajar a la segunda división. Los tiempos son difíciles, sí, pero estaremos en la primera división, con los países fuertes. Creo que he hecho cosas bien y otras mal, pero he sido fiel a mis principios y supongo que así me gustaría ser recordado". Insiste en que España cumplirá con el plan de austeridad puesto en marcha este año por su Gobierno, pero que si es necesario introducirá medidas más duras para sacar a España de la recesión. "Tenemos un plan creíble, veamos cómo se aplica este año y si estamos en línea con los objetivos trazados, pero, desde luego, si tenemos que hacer más cortes y es necesaria más austeridad, los haremos", afirma el jefe del Ejecutivo español. "El déficit actual es insostenible, pero estamos decidido a controlarlo y así lo haremos en los próximos tres años", dice Zapatero. "España ha logrado grandes avances en los últimos 30 años de democracia, pero también tiene problemas, ahora pasamos por tiempos difíciles, pero saldremos de esto y más fuertes", añade. El presidente del Ejecutivo español dice que es partidario de lograr un acuerdo entre empresarios y sindicatos que incluya más flexibilidad en la contratación, pero "preservando las garantías y los derechos de los trabajadores".
Desde el Ejecutivo español se entiende que es necesidad apremiante no sólo adoptar medidas, y llevarlas a cabo, sino también explicar su existencia a los países socios de la Unión.