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La comezón electoral

La comezón electoral

martes 08 de mayo de 2007, 05:48h
Explica el diccionario de la muy noble Real Academia que "comezón", en su segunda acepción es "desazón moral especialmente la que ocasiona el deseo o apetito de algo mientras no se logra".

Y este síndrome, que ya parece patología, es la que aparentemente afecta gravemente a la clase política chilena.

El país ve estupefacto cómo desde todos los sectores surgen personajes dispuestos a "ofrecer su sacrificio" en bien de la República y, claro, de los ciudadanos, el pueblo, o la gente (según el pensamiento, tradiciones o "sensibilidad"  de cada quién).

Es claro que el Premio Mayor de esta lotería, es el máximo cargo gubernamental, la Presidencia de la República.

Son decenas casi los que aspiran a ser proclamados dignos de cruzarse la banda tricolor que simboliza el Mando Supremo de la Nación.

La enfermedad afecta, de manera franca y explícita, o como lo perciben los ciudadanos, de una forma más o menos hipócrita, y como testimonia esta semana la portada de la revista local, "Ercilla", a todos los sectores políticos del país.

Los nombres son variados y ya están puestos en el tapete, desde cada sector: en la Derecha hay dos figuras claras, en primer lugar, el empresario Sebastián Piñera, del Partido Renovación Nacional, que según la revista Forbes es la tercera fortuna de Chile,  y el lugar 799 del ranking mundial, con una fortuna de 1.200 millones de dólares.

La otra figura de la Derecha chilena es el senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Pablo Longueira, el primero en proclamarse francamente como candidato, pero que ahora sufrió un revés en su propio partido, que le ha mezquinado el apoyo.

Otros nombres, como la hermosa Jacqueline van Rysselberghe, alcaldesa de Concepción,  519 kilómetros al sur de Santiago, y proclamada por un sector de la UDI, parece ser sóo una figura decorativa para la derecha, que tampoco decide si proclamará a unode sus precandidatos o protagonizará una "primaria", o sencillamente llegará hasta el proceso electoral formal de diciembre del 2009, cada uno por su lado.

En la gobernante Concertación de Partidos por la Democracia, en el Gobierno desde 1990 las aguas no están tranquilas, y también se ha despertado el apetito presidencial.

Aquí la característica es que aunque todos dicen, "de esta agua no beberé", ya están desatadas las pasiones y se arman los equipos electorales, poniendo en riesgo incluso la unidad del bloque y, por cierto, dejando al Gobierno de la Presidenta Bachelet sin los apoyos y políticos y legislativos necesarios.

En realidad, los apetitos se desataron apenas se inició la administración de la Presidenta Michelle Bachelet, el 11 de marzo de 2006.

La Democracia Cristiana ha proclamado su "mejor derecho" a la candidatura presidencial de la Concertación, tras dos presidentes socialistas: Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

Pero el problema es que dentro de las filas falangistas hay también "muchas cuerdas para el trompo".

La presidenta del partido, la ex canciller y senadora, Soledad Alvear, es la más adelantada a conquistar el apoyo mayoritario de la estructura partidaria, pero también aspira a la candidatura el ex presidente del PDC y duro opositor de su actual directiva, el senador Adolfo Zaldívar.

En tercer lugar espera, tranquilo y sin mayores apuros, el presidente del Senado y ex Presidente de la República, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que pone en la mesa el peso de su tradición familiar, y su preparación profesional de ingeniero civil,

En la llamada "ala progresista" de la Concertación aparece claramente el nombre del ex ministro del Interior chileno y actual Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA),  José Miguel Insulza, que aunque dice no ser candidato, actúa en los hechos como tal. Y tiene sus espadachines en el país trabajando a todo vapor.

Por otro lado, el primer fin de semana de mayo trajo la novedad de la aspiración presidencial -¿por qué no nosotros?, se preguntan- del Partido Por la Democracia (PPD), del bloque oficialista,  que aunque no presenta nombres tiene en la lista el de su presidente, Sergio Bitar,

Finalmente -aunque no quiere decir que sea el último de la lista ni mucho menos- anotamos al ex presidente Ricardo Lagos, nombrado por la ONU embajador especial del Secretario General para el Calentamiento Global, y quien para muchos analistas políticos nacionales sería "el salvador" en caso de crisis en la Concertación, dado que su prestigio va mucho mas allá de sus limites, y es una figura de gran autoridad en el país, y ahora "de exportación".

El escenario, sin embargo, es deprimente.

Los ciudadanos chilenos ven cómo los políticos, incluso los mejor aspectados en esto de las ambiciones, supeditan hasta el gesto, no se diga de sus actuaciones en el Congreso, pero sobre todo cuando hay una cámara de televisión enfocándolos, a una estrategia electoralista con vista a las presidenciales, que deben realizarse en diciembre de 2009.

Cuesta entender que el bienestar de los miles de chilenos que necesitan que el Congreso apruebe un reajuste de salarios, o una ley que les proteja en el campo laboral, previsional, de salud o educación, o cualquier otra iniciativa concreta que precise de una aprobación legislativa, se discuta, apruebe o rechace pensando en el beneficio de imagen, en el dividendo político, en el proyecto, "su" proyecto, de cada parlamentario.

Actuar en política sólo pensando en cuántos votos voy a obtener por tal o cual acción, no parece ser ni ético, ni responsable. Pero lo cierto es que los chilenos ven en cada noticiario a "tribunos" lanzando fuego, imprecando a sus contradictores y, sobre todo, al Gobierno y a la Presidenta,

Como dijo o confesó, otro de los nombres que circulan, Joaquín Lavín, ex candidato presidencial de la UDI y la derecha, ya todos están en la "pole position".

Todo esto claramente no contribuye al prestigio de la política, ya suficientemente desacreditada ante la opinión pública, pero parece que, en definitiva, ya estamos en campaña, por eso de que, "a quién madruga Dios le ayuda",

Aunque también, la sabiduría  popular establece con base a la experiencia, que "no por mucho madrugar amanece más temprano".

Marcel Garcés
Periodista
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