www.diariocritico.com
Mutún: desarrollo siderúrgico con hidrocarburos

Mutún: desarrollo siderúrgico con hidrocarburos

martes 13 de julio de 2010, 19:02h
El proyecto Mutún es un proyecto complejo. De largo alcance y que definitivamente pondrá a Bolivia en el mapa de naciones competitivas en provisión de valor agregado de hierro. Por ello la inextricable unidad entre hierro-gas. Aquí vamos a diseñar proyectos sobre el 50% del yacimiento porque el otro 50% de propiedad indivisible e intransferible del Estado boliviano tendría que ser sometido a nuevos planes de industrialización en valor agregado del mineral, con nuevas inversiones, otros socios y mayor participación estatal en toda la cadena productiva.

Al margen de todas las consideraciones legales o políticas que el proyecto siderúrgico despierta en el debate nacional actual, lo que es una constatación irrefutable es el binomio entre hierro y gas. El gas boliviano va a ser “la chispa” que encienda el proyecto. Así como en gas somos la “segunda reserva” de gas libre no asociado, el Mutún es la “segunda reserva” siderúrgica latinoamericana.
A la fecha se están revisando –a cargo del Estado boliviano- si los socios del proyecto están cumpliendo con cronogramas relacionados a su plan de inversiones.

La producción de hierro en el Mutún empezó con el norte de empezar a exportar 80.000 T/m (toneladas por mes) de pre concentrados de mineral. Las colinas que constituyen el Mutún (entre 120-800 msnm) contienen –según estudios geológicos confirmados- reservas de mineral por 40 mil millones de toneladas de hematina, magnetita y porción de manganeso. El mineral contiene casi 55% de Fe, 30% silicatos, y otras substancias químicas.
Al respecto la demanda mundial de hierro, como también de gas, está en crecimiento continuo, por ello la necesidad de desarrollar al Mutún generando una industria de valor agregado. Pero generar valor agregado en hierro con energía barata como el gas.
El “binomio perfecto” entre gas-hierro ocurre por cuanto en la industria se utilizará metano (del gas natural) para “reducir” el fierro produciendo arrabio en primera instancia para adicionalmente tener industrias de laminados de acero y fierro de construcción, entre otros.

Mínimamente deberá ocurrir una inversión entre 2300-3000 millones USD en un periodo de tiempo que permita a la industria tener las condiciones de infraestructura adecuadas para instalar las plantas de valor agregado o complejo. Con el fin de financiar el complejo siderúrgico los socios seguramente están buscando apalancar fondos necesarios o financiar la misma vía la exportación inicial de materia prima. Aquí se plantea la misma visión que para la industria del gas natural: es importante previsionar la construcción y funcionamiento del complejo antes de priorizar la exportación de materia prima.

El complejo industrial “ideal” para la producción de valor agregado tendría que tener construidas una planta de producción de concentrados de fierro (concentrado de Fe de entre 60-65% conforme a estándares mundiales); una planta especializada en reducción directa del fierro por gas natural como reductor del mineral; una planta de fabricación de palanquilla (acería) y perfilados de hierro para obras civiles. Finalmente el complejo tendrá que tener –para su propia “alimentación” interna- una planta de peletización del concentrado de fierro para ser utilizado en el horno de reducción.

Recordemos que estas plantas funcionan con electricidad y gas que deben ser suministrados permanentemente. Y son parte de un complejo mayor que debiera instalarse, posteriormente, en el 50% del yacimiento que es de propiedad estatal boliviana.

Los productos obtenidos en el complejo van a ser destinados casi en su totalidad a mercados externos previamente contratados, por el alto volumen de valor agregado que se va a generar.
Todo el complejo va a necesitar una propia termoeléctrica que necesariamente debe ser alimentada en base a gas natural para generar electricidad para el complejo.

Hablando de energía: la siderúrgica requerirá más de 8-10 mm3/D (millones de metros cúbicos día) de gas en sus operaciones. Y esa cota subirá si el complejo total está en marcha. Desde hace un par de años me adscribí a la corriente de opinión que sigue preguntando de dónde se va a llevar gas para el Mutún.

Desde ya el Estado boliviano –junto a capitales externos o a los propios socios de la siderúrgica- bien podría estar en un proceso intenso de exploración de nuevas reservas de gas y certificación de nuevos reservorios exclusivos para el proyecto siderúrgico, que están importante, de largo alcance y de tanta visión para Bolivia, con la finalidad de tener seguridad de suministro requerido en los próximos años cuando el proyecto ya empiece a necesitar gas. La estatal boliviana de gas y petróleo seguramente ya tiene un plan de inversiones y de balance de volúmenes a ofrecer al proyecto a partir de 2013-2014 de no haber mayores retrasos.

En tanto –en las comisiones técnicas respectivas- se debe definir el precio de suministro si será menor al de exportación, si habrá algún tipo de subvención o si sería diferenciado siempre y cuando los socios externos inviertan dinero adicional en infraestructura y exploración energética.

Es todo un equilibrio de volúmenes que se va a requerir con la puesta en funcionamiento del complejo. Habrá de considerarse: además de llevar el gas que necesita la siderúrgica, de cuáles campos en producción y cuánto de volumen, ver de no fallar contratos externos con Brasil y Argentina, no descuidar el mercado interno y estructurar toda la nueva ingeniería financiera, civil y ambiental que ciertamente van a requerir éstos procesos de suministro. ¿Y si hubiera inversionistas multinacionales interesados en ampliar el Gasbol o construir un segundo gasoducto que provea gas a la siderúrgica? ¿Cuál debiera ser el precio del gas para este negocio siderúrgico: precio internacional o precio diferenciado al gas sometido a industrialización con valor agregado? ¿Y los costos de logística de transporte? ¿Y los de la cogeneración eléctrica? Son varios temas que deben ser dilucidados en breve.

En todo caso, toda ésta operación siderúrgica –que ciertamente va de la mano del gas- debe apurar al Ejecutivo y al Parlamento boliviano a deliberar y aprobar inmediatamente una NPE Nueva Política Energética con su nueva LH Ley de Hidrocarburos para tener una comprensión y gerenciamiento global de los temas de energía y desarrollo.


Por Boris Gómez Úzqueda*
*Director de una compañía de servicios. Es máster en Administración de Negocios y técnico en operación de hidrocarburos.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios