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Agustín Bernaldo Palatchi, jurista y escritor

“Hay contextos históricos que contienen la semilla de su resurrección”

“Hay contextos históricos que contienen la semilla de su resurrección”

lunes 16 de agosto de 2010, 10:55h

El escritor catalán Agustín Bernaldo Palatchi oxigena el género novela histórica con una obra absorbente, La alianza del converso (Roca Editorial), la cual, haciendo gala de una magistral recreación ambiental, penetra en los parajes de la condición humana a través unos personajes trascendentales, ficticios y reales: “titanes de la conciencia” como el polímata Leonardo da Vinci, el humanista Pico della Mirandola o el gobernante y mecenas Lorenzo de Médici, entre otros. Así, La alianza del converso narra la epopeya de Mauricio Coloma, un español descendiente de judíos y portador de un secreto paterno celosamente guardado, a través de la Florencia del Renacimiento, donde tendrá que enfrentarse no sólo a contingencias propias del instante histórico —conspiraciones, venganzas, pactos, invasiones, sermones apocalíptico, pasiones, engaños—, sino también a los demonios del pasado. Un descenso del protagonista hasta las raíces familiares para encontrar su verdad, del mismo modo que la ciudad florentina necesitó en cierto momento echar la vista atrás para hallar la llave del futuro, de su futuro.  

 

 

Cinco años investigando acerca del siglo XV le habrán llevado a descubrir y, con ello, cuestionarse algunas cosas…

Ciertamente. En el siglo XV el afán por el dinero, la avaricia y las ansias de poder propiciaban comportamientos tan inmorales como los que vemos en la actualidad y la hipocresía era también moneda corriente. No obstante, lo que yo prefiero resaltar es que, más allá de las enormes dificultades materiales y de lo convulso de aquellos tiempos, existieron unos titanes de la conciencia capaces de trascender las limitaciones de aquella época para alcanzar tesoros muy diferentes a los materiales: el conocimiento, la belleza y la libertad de pensamiento. Personajes como Leonardo da Vinci, Lorenzo de Médici, Pico della Mirandola o Marsilio Ficino contribuyeron decisivamente a que la humanidad diera un gran paso hacia delante.

 

 

La ciudad florentina es en La alianza del converso una protagonista en sí misma, por encima de personajes, tramas… Posee una potente fuerza centrípeta…

Me parece una reflexión muy interesante que yo no me planteé mientras escribía. Sin embargo, es inevitable que al dedicar tantísimo tiempo a investigar y reflexionar sobre la ciudad y la historia de Florencia al final, sin proponérmelo, también haya reflejado su alma. No en vano, los personajes viven en Florencia, sus avatares están íntimamente ligados a los apasionantes acontecimientos que se sucedieron en aquella ciudad durante los años que describo, y el relato sólo puede cautivar si el lector siente que la ciudad está viva y palpita como un protagonista más.

 

 

Marx decía algo así como que cada contexto histórico contiene el germen de su propia destrucción…

Marx fue un gran pensador, aunque tenía un punto de vista materialista de la Historia. Yo creo que hay contextos históricos que contienen el germen de su propia destrucción, pero también la semilla de su resurrección. El germen de la Florencia que me apasiona es el espíritu creativo del ser humano y su infatigable búsqueda del conocimiento y la belleza. En este sentido, para mí, la Florencia del Renacimiento está destinada a resucitar en todas las épocas a través de la mirada de los hombres del futuro. La alianza del converso es mi pequeña contribución a que los lectores puedan ser protagonistas nuevamente de ese renacer tan apasionante.

 

 

También le apasiona, desde muy joven, Lorenzo de Médici…

En efecto. Lorenzo fue un espíritu libre capaz de proteger a Leonardo de Vinci de una denuncia anónima de sodomía muy peligrosa para su vida, de interceder ante el Papa evitando que Pico della Mirandola fuera ejecutado por hereje, o de acoger en su casa a un joven Miguel Ángel Buonarroti para encauzar mejor su genio. También me atrajo su calidad como poeta, sus inquietudes místicas, su amor hacia el Arte, y que fomentara el conocimiento recuperando la sabiduría de los antiguos mediante su apoyo constante a la Academia platónica. Sin embargo, lo realmente fascinante es que fuera capaz de compaginar tales facetas con el ejercicio del poder en una época repleta de peligros en la que conspiraban contra su persona poderosas familias florentinas que ansiaban su caída, y ambiciosos Estados que deseaban devorar ese manjar tan bello y exquisito llamado Florencia. Son muchas las lecturas que se pueden hacer de su persona, tantas como sus múltiples rostros. Intentar penetrar en la mente de este hombre es un reto fascinante: pocas veces el carismático hombre de acción es también un poeta y pocas veces un amante del conocimiento está destinado a gobernar una República, lo que, sin duda, debió provocarle no pocas contradicciones y angustias.

 

 

Porque La alianza del converso es, entre otras muchas cosas, una novela que habla de la condición humana…

El crecimiento personal de los personajes es la parte esencial de la novela y el motivo último por el que la he escrito. Para mí cada familia se asemeja a una constelación en la que familiares y antepasados serían planetas en torno a los que gravitamos. Al ser parte de un sistema interconectado, para hacer cualquier avance personal es imprescindible sanar internamente toda la historia familiar allí donde existan deseos frustrados, o secretos silenciados, aparentemente vergonzosos. Por eso me resulta tan apropiado que los protagonistas desciendan al final hasta las raíces ocultas de su historia familiar, para conocer la verdad sobre sí mismos con resultados sorprendentes.

 

 

¿Y qué papel diría que ocupa el amor dentro de la obra?

El amor, tanto en la novela como en la realidad, es el motor de la vida, para bien o para mal. Por eso no he querido escatimar las crisis que se producen entre dos personas, los sufrimientos que pueden llegar a causarse mutuamente, victimas ciegas, muchas veces, de sus propios fantasmas personales. Sin embargo, cuando la vida te amenaza de muerte, el amor, que parece tan frágil y volátil, puede mostrar de pronto su verdadera fuerza y arrastrar todo lo que encuentra a su paso hasta reconciliarnos con nuestros seres queridos y con nuestra verdad esencial. Por el contrario, los personajes heridos que deciden no amar enmascaran su comportamiento bajo bellas fachadas, pero en realidad procuran la infelicidad y la destrucción de quienes les rodean.

 

 

Las principales críticas que en nuestros días se vierten sobre la novela histórica están vinculadas con la adecuada delimitación, por parte del autor, entre la realidad y la ficción. ¿Cómo abordó ese aspecto?

Con mucho respeto y documentándome a conciencia. Por ello, los acontecimientos históricos y las descripciones de la forma de vida reflejan la realidad tal como la conocemos a través de fuentes fidedignas. Por otro lado, retrato a los personajes históricos según mi libre interpretación, pero siempre con perfiles psicológicos que resulten coherentes respecto a las acciones que protagonizaron durante su vida. Y por supuesto, introduzco unos personajes de ficción creados por mi imaginación pero que son verosímiles, es decir, que pudieron haber existido dentro del contexto histórico que describe la novela.

 

 

¿Existe el secreto de la “perfecta” novela histórica?

Afortunadamente no existe una fórmula infalible, aunque siempre es necesario mezclar los ingredientes en las dosis adecuadas: el rigor histórico, el misterio, el alma de los personajes y un hilo conductor que cautive al lector en una historia apasionante. Yo he intentado aglutinar todos los elementos anteriores y que, además, el lector viva cada capítulo desde el punto de vista de uno de los personajes, como si lo estuviera viendo, por así decirlo, desde una “cámara” situada dentro de su cabeza.

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