Bachelet : autocrítica y desafíos
martes 22 de mayo de 2007, 18:56h
En un tono pausado, pero no exento de firmeza, la presidenta chilena, Michelle Bachelet entregó el lunes 21 su segunda cuenta anual de la marcha administrativa y política del país ante la nación, cumpliendo con un ritual republicano iniciado en los años 30 del siglo pasado.
La característica del mensaje presidencial fue su inicial tono autocrítico y al mismo tiempo la reiteración de los desafíos en ejecución y pendientes en torno a lo que la Mandataria definió como los ejes de su gestión: los derechos sociales.
Como era obvio, el tema de la reforma del sistema de transporte público de la capital chilena –el Transantiago- ocupó el primer lugar en su intervención ante el Congreso Pleno, en Valparaíso, sobre lo cual reiteró que “las cosas se han hecho mal” y prometió ”enmendar rumbos”, poniéndose al lado de los usuarios y haciéndose cargo de los problemas.
Pero, agregó la Presidenta “ no permitamos que nos envuelva el velo del pesimismo”, destacando que la economía del país crecerá en 2007 entre un 5 y un 6 por ciento, que ha subido el empleo, crecen los salarios reales y disminuye la pobreza.
Junto con destacar los proyectos e iniciativas gubernamentales en los campos de la educación, la salud, vivienda, infraestructura, con acento en las regiones del país, y los sectores menos protegidos, y anunciar la rebaja del superávit fiscal del uno al 0,5 por ciento del PIB, la Presidenta dirigió sendos mensajes a la clase política del país.
Bachelet hizo un llamado al orden, tanto a opositores –que mantuvieron una terca actitud de rechazo ante sus palabras- como a los partidos de su coalición, la Concertación de Partidos por la Democracia, como a un grupo de cinco manifestantes que desde la tribuna de los invitados de parlamentarios interrumpieron sus palabras.
¡Exijo respeto! Dijo a estos últimos, integrantes de una organización de deudores habitacionales, políticamente ubicados en una ultraizquierda contestataria, los que fueron desalojados del recinto.
A la oposición de Derecha, la presidente también le hizo un llamado de atención, a “no descuidar nuestra convivencia”, a actuar “con respeto y responsabilidad”, “sin mezquindad”.
“Los que empiezan por no respetar el lenguaje terminan por no respetar a las personas” advirtió la Primera Mandataria, en referencia a “los que insultan, agreden y denigran” desde la derechista Alianza por Chile, en sus ataques al gobierno y a la propia Presidenta.
En definitiva, el llamado fue “al respeto mutuo a todos”, frente al ambiente de crispación y enfrentamiento desatado en el escenario político en los últimos meses.
Por otro lado con un “de ustedes depende, señores parlamentarios”, la Presidenta puso en el campo del Legislativo la responsabilidad de aprobar una serie de iniciativas legislativas en beneficio de amplios sectores del país, y que requieren la aprobación de sus recursos por parte del legislativo.
También fue destacable y recibido con aplausos por los legisladores de Gobierno y el público invitado, la reafirmación por la Presidenta de su vocación por la promoción y el respeto a los Derechos Humanos, reiterando que “mientras haya Detenidos Desaparecidos no cesaremos de buscarlos”, que “no renunciaremos a la justicia” y subrayando “la inaplicabilidad de la amnistía en los casos de crímenes de lesa humanidad”.
Finalmente, Michelle Bachelet reiteró la orientación de su gobierno en política exterior en orden a privilegiar sus vínculos con la región, en particular con el vecindario más próximo: Argentina, Bolivia, Perú, América del Sur y toda Latinoamérica.
Al mismo tiempo resaltó el compromiso de Chile con la integración regional, a través de “proyectos viables y concretos”, subrayando que “sin democracia la integración se vacía de contenido”.
En resumen, la Presidenta chilena superó la prueba de la entrega de su mensaje sobre la marcha política, económica y social del país, haciendo un balance positivo de realizaciones y proyectos, y además dejando en el campo de la oposición y del Congreso la responsabilidad de aprobar las iniciativas legislativas propuestas por La Moneda.
La Mandataria demostró que no sólo tiene “fuerza de mujer”, a la que aludió en repetidas oportunidades durante su discurso, sino que además habilidad política, sin perder su carismática sonrisa y hasta su buen humor, mostrando además que aún tiene crédito en la cuenta corriente de la confianza popular y, sobre todo, capacidad de maniobra y de iniciativa.