Tres años, ¿una generación perdida?

Aunque este domingo podamos aplaudir en el Villamejor a buenos caballos como Señor Miranda o Pazifiksturm e incluso esta semana hayamos visto el triunfo de Vagabond Shoes en una carrera B en Longchamp o incluso soñáramos con el rendimiento de Ercolini en sus primeras aventuras francesas. Ni unos ni otros, por diversos motivos, han sabido luchar en las batallas con los ‘viejos’ y demostrar el valor de su generación. Lo único que salva a los tres años es la benevolencia con la que han sido tratados, en general, por los handicappers y sus innumerables triunfos en los handicaps otoñales, donde sí han sabido ganarse el pienso y el respeto.  

Pero, a sabiendas que los datos en Grandes Premios indican que estamos ante una generación ‘floja’, me resisto a pensar que el año que viene no crecerán a la altura de la calidad que se les supone a nuestros grandes caballos. Estoy convencido de que muchos historiales de los Grandes Premios estarán en la lista de éxitos de los Plantagenet, Señor Miranda, Pazifiksturm, Vagabond Shoes, Ercolini, Bellaside y compañía.  

Sin extendernos en demasía, es necesario analizar especialmente varios casos de nuestros mejores tres años. Sin duda alguna el mejor ha sido Plantagenet. Su victoria en el Nacional y Derby le encumbró hasta los altares. Renunció al Gran Premio de Madrid que, visto lo visto, hubiera sido su carrera por temor a encontrarse a Young Tiger (que luego fracasaría con un tercer puesto) y dejó la responsabilidad de su generación en manos de Dansico, un caballo que apuntaba a grandes cosas y que está ganándose el pienso en Francia después de haber sido vendido por Saf Saf.  

Pero volvamos a Plantagenet. El caballo no corrió la Copa de Oro por no querer entrar en los cajones de salida, algo que deja en el aire lo que podía haber hecho frente a Bannaby. Un ganador de grupo I que impidió que los tres años salieran relanzados del Oro donostiarra. Allí Pazifiksturm, con una táctica arriesgada y satisfactoria, Señor Miranda, con el barro como aliado, y Bottega, en su mejor valor, escoltaron al ganador. Pero, ¿a quién y cómo batieron?. A Shumookh, Entre Copas, Carmanor, Wysiwing Lucky, Macondo y Karluv Most, caballos todos ellos que entraron desperdigados por la embarrada pista y que no ‘disputaron’ la carrera. De hecho, Shumookh ganó unos días después el Gobierno Vasco donde Amadeo Rey fue el mejor tres años en un cuarto lugar lejos de la lucha, batiendo a Lince y Jakemate, los otros clásicos que naufragaron.

Sin irnos de Plantagenet su presentación en La Zarzuela en otoño fue la que mejores sensaciones dejó. Ganó sin forzar a sus habituales Señor Miranda, Bottega y Nova Med (ganador de un reclamar en Francia y cuarto este lunes de una Quinte) y dejó en el aire su candidatura para el Memorial. Allí cuando era favorito unánime falló estrepitosamente. Los rivales fueron a por él. A sacarle de paso para evitar su rush final. ¿Fue un mal día? No sé sabrá hasta la próxima vez que salga a pista pero sus limitaciones han quedado en entredicho y a buen seguro que sus rivales le harán una carrera dura desde el principio. Así le han batido una vez y así lo repetirán. No es buena señal esa presunta limitación de distancia para pasar a viejo y más cuando su gran rival Señor Miranda ha dejado claro que el barro y los metros amplían su rendimiento.  

Si Plantagenet ha sido el nombre propio entre los tres años en las pruebas clásicas de aliento, en la milla hay dos nombres. Uno, Ariete Arrollador; el otro Vagabond Shoes. Los dos tenían un rival demasiado cualificado en Silverside y ahí sólo el segundo parecía capaz, en su progresión, de batir al Saf Saf. Pero sólo esto, parecía. Como hemos dicho su victoria en Francia en 1.700 metros (creo que es más de 1.800 metros que de la milla) le ha revalorizado con respecto a su valor en el Hispanidad, donde el blando de la pista no le benefició. Aún así Silverside es mucho Silverside. Vagabond es mucho Vagabond y será más en un futuro, porque a tres años su campaña ha sido suave para crecer con la edad. Menos futuro veo en Ariete Arrollador y más después de ver sus prestaciones en el Blasco. El ganador del Cimera es un buen caballo, pero su progreso es limitado, aunque es un caballo con un enorme corazón y bien llevado puede encontrar su día.  

¿Y entre las yeguas? Narya ganó el Oak y el Kutxa. Merece un respeto, a pesar de que su viaje a Francia quedó última en un listed en julio y no ha vuelto a correr desde que ganara en Lasarte. Premiere Vision ha resultado ser un ‘bluff’ para lo mucho que se esperaba.

¿Y Ercolini? La reina de la generación tuvo una primavera excepcional culminada con su victoria en el Valderas. La yegua parecía encaminada al Carudel o al Gobierno Vasco, pero sus responsables decidieron la aventura francesa donde amagaron más que dieron. Allí la yegua pagó esfuerzos y viajes sin ninguna fortuna. Tanto que su última carrera en Lasarte fue un calco de ella misma y decidieron pararla sin enfrentarla a los mejores viejos en la milla. Es una incógnita que ya no despejaremos, pero su duelo con Silverside hubiera sido algo bonito de ver. Tal vez el próximo año. Bellaside, segunda en el Hispanidad, la cogió el relevo en este otoño y dejó claro que en la milla había más calidad en las yeguas que en los machos.  

Con todo y a la espera de lo que ocurra el próximo año, la generación nacida en 2007 se va sin ninguna gran victoria en los duelos intergeneracionales y con la sensación de que en los Grandes Premios les han dado un repaso de ‘muy señor mío’. Y eso no es bueno para equilibrar el nivel de una generación.