OPINION/ Victor Gijón
miércoles 30 de mayo de 2007, 17:45h
El PSOE está tocado pero no hundido. En las filas socialistas no se acaba de entender que siendo, como han sido, el motor de políticas que cambiarán Cantabria, por ejemplo la autovía del agua y la creación de millones de metros cuadrados de suelo industrial, por citar sólo dos de los proyectos de mayor envergadura, su resultado electoral haya sido tan malo.
Pero no hay desesperanza, me cuentan, sino, en todo caso, desazón y un interés lógico por determinar cuáles son las causas de que haya sido el socio coaligado el que se lleve todos los honores por el trabajo bien hecho.
Esta reflexión, que algunos hacen desde la razón y otros desde la testiculina, necesita de tiempo y sosiego. A día de hoy la reedición del pacto de Gobierno entre el PSOE y el PRC está en el aire.
Hay voluntad, pero las condiciones objetivas no ayudan. La perdida por el PSOE de tres diputados que, junto al escaño que pierde el PP, han ido a engrosar la representación del PRC, hace que algunos militantes socialistas se planteen cuales serían los beneficios que podría tener la reedición de pacto de Gobierno.
En el PSOE se mira el mapa municipal y se ven posibilidades, que sin pacto serían imposibles, de estar presentes en los equipos de gobierno de entre 37 y 38 ayuntamientos, además de los seis en que se ha conseguido mayoría absoluta. Otros ayuntamientos, tan importantes como Laredo, Bezana o Reinosa, dependen de pactos con el PRC y otros. El acuerdo en Camargo, Cabezón o Castro Urdiales, donde también el PSOE puede gobernar, es cosa de familia, donde no intervienen para nada los regionalistas.
En el platillo de la balanza lo positivo de un acuerdo que funcionó bien para Cantabria --en lo único que han acertado las encuestas es en la valoración positiva de los ciudadanos de la gestión de Gobierno--, y en el negativo, desde la óptica partidaria, que los votantes hayan valorado de forma tan diferente esa gestión a la hora de depositar su voto.
El Gobierno de coalición, que el PP auguró sería un desastre y obtendría el rechazo de todos los cántabros, obtuvo el 27-M más votos y más escaños que hace cuatro años. La oposición tuvo menos votos y menos escaños.
En el caso de que PRC y PSOE no alcanzaran un acuerdo de Gobierno le tocaría gobernar en minoría al PP, tres escaños por debajo de la mayoría en el Parlamento cántabro. Sería un gobierno de perdedores y, sobre todo, un gobierno que al contar sólo con sus diputados estaría incapacitado para llevar a cabo proyecto alguno.
Y es que si gobierna el PP, la mayoría, la de diputados y la de votantes, estaría sentada en la bancada de la oposición.