Un ‘sondeo’ que no ha gustado al PP

La encuesta publicada ayer por El Mundo otorgando al PP de Castilla y León una victoria aplastante  en las elecciones autonómicas ha causado cierta ‘alarma’ en el cuartel general de los populares, que por cierto congregaron en la tarde de ayer en Valladolid a candidatos, presidentes provinciales y principales responsables de la campaña electoral.   A Juan Vicente Herrera le preocupa que dicha encuesta  desate el triunfalismo y, por ende, el exceso de confianza dentro de sus filas. De ahí que el candidato del PP, que presidió la mencionada reunión, insistiera en su conocido mensaje de que todavía no hay nada ganado.   Sucede además que, salvo en lo que se refiere al nuevo escaño que se elige en la provincia de Segovia, el sondeo de El Mundo coincide casi milimétricamente con el publicado una semana antes por la agencia Ical. Ambos sitúan la intención de voto hacia el PP en torno al 54 por ciento (casi 5 puntos por encima de los resultados de 2007) y el número de escaños en una horquilla que oscila entre 49 y 54 (hace cuatro años fueron 48).   Respecto al PSOE, el sondeo de Ical predecía una caída de más de 6 puntos (del 37,5 al 31,2 por ciento) y una horquilla de 27-29 escaños frente a los 33 de 2007, mientras El Mundo reduce el descenso al 33,4,  abriendo la horquilla entre 28 y 31.Ambos sondeos atribuyen un escaño a IU por Valladolid y pronostican que la UPL perderá uno de sus dos procuradores.   Pero lo que según ha detectado 'El Topillo' no ha gustado nada en el entorno de Juan Vicente Herrera es otro ‘sondeo’ publicado el pasado fin de semana asimismo por el diario El Mundo. Se trata de la información en la que se sondeaba a expertos y directores de medios de comunicación acerca de la polémica suscitada en torno al debate electoral reclamado por el socialista Óscar López. El hecho de que, con la sola excepción de uno de los directores, todos los consultados (entre ellos dos miembros del ‘Banco de Pensadores’ de la Junta) se manifestaran, con distintos matices, a favor del debate no ha caído nada bien en el entorno presidencial. Una vez que Herrera ha decidido no debatir, lógicamente no gusta que se agite un estado de opinión favorable al debate. Y algunos parece que no se han enterado.