Los diputados consiguen cumplir con su misión en el Parlament a pesar de los vándalos

A primera hora de la mañana de este miércoles, cerca de 2.000 manifestantes pretendían impedir la entrada de los diputados en el Parlament de Catalunya. Los Mossos d'Esquadra habían montado un cordón con 400 efectivos para facilitar el normal funcionamiento de la institución democrática ante la voluntad del gentío de impedir la misma coaccionando -aunque dijeron anteriormente que no lo harían- a los verdaderos representantes del pueblo. Poco a poco, los diputados han comenzado a entrar en el recinto del Parc de la Ciutadella entre fuertes abucheos por parte de los 'indignados' concentrados a las puertas del recinto y un fuerte cordón policial. Entre los diputados que han entrado por la puerta de la confluencia de la calle Pujadas con Wellington figuran Jordi Turull, Josep Maria Vila d'Abadal, de CiU, y Celestino Corbacho, Joan Ferran, del PSC, y Enric Millo, del PP. Ante la entrada de cada diputado se han gritado consignas como 'No nos representáis' y han vuelto a reclamar la dimisión del conseller de Interior, Felip Puig. En aquellos momentos, según fuentes del Parlament, se estaba buscando una entrada alternativa para el acceso del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el ex presidente José Montilla. Los 'indigandos' se habían concentrado desde el martes por la tarde, y han pernoctado cientos de ellos en el paseo Picasso. El ex número 2 de Interior, Joan Boada, ha sido uno de los primeros en ser blanco de las iras de los presentes, al ser rociado en la nuca con pintura roja. Al líder de ICV, Joan herrera, mientras, le tiraban pieles de plátano y a la exconsellera de Interior, que hoy ocupa una de las vicepresidencias del Parlament -y que, además será protagonista del homenaje que la institución ofrecerá a su tío, el fallecido ex diputado y ex ministro de Cultura Jordi Solé Tura- Montserrat Tura, le han pintado de negro la gabardina. Paralelamente, el president de la Generalitat, Artur Mas, y la del Parlament, Núria de Gispert, llegaban en helicóptero al hemiciclo para evitar males mayores. El president lamentaba que haya que utilizar métodos "como éstos" para llegar al Parlament y además con "violencia" de la calle. En esos momentos, la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega; el conseller de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell; el líder de la oposición, Joaquim Nadal; y el vicepresidente segundo de la Cámara, Higini Clotas, conseguían llegar a sus puestos. A las 10.15 horas, empezaba un pleno en el Parlament, con unos 70 escaños todavía vacíos. Los diputados iban entrando paulatinamente. La sesión de control que debía iniciarse en ese momento pasaba a las 16 horas. Mientras tanto, y aconsejados por la policía nacional catalana, un grupo de unos 30 diputados se refugiaba en una comisaría próxima. Jordi Cornet, María de los Llanos (PP), Uriel Bertran, Alfons López Tena (SI), Oriol Pujol, Ramon Espadaler, Xavier Crespo (CiU), Joan Laporta (DC) y Sergi de los Ríos (ERC), estaban entre ellos. Espadaler ha dicho que "es una auténtica barbaridad que deslegitima de raíz el movimiento", y Tena ha explicado que ha recibido patadas y empujones cuando intentaba entrar en el Parlamento catalán. Los diputados que sí han logrado entrar en la cámara han comentado antes del pleno la indignación que sienten; uno de ellos, Pere Bosch (ERC), ha explicado a Dolors Camats (ICV-EUiA) que otros compañeros lo han tenido aún más difícil que él porque son muy conocidos. Otras reacciones provenían de la presidenta del PP catalán, Alícia Sánchez-Camacho, que marcaba la jornada como "el día más triste de su vida parlamentaria". También, alguien que tal vez en su día fue clarividente, como el conseller de Interior, Felip Puig, se reivindicaba: "Seguramente debo ser el único que entendió lo que pasó el día 27, no?". Por su parte, el presidente de C's, Albert Rivera, lamentaba que Barcelona sea un "foco de antisistemas" y desvinculaba los actos de hoy del 15-M. Algo más tarde, Alfons López Tena, de SI, también lamentaba la situación "tensa y agresiva", del mismo modo que hacía su compañero de formación Uriel Bertran. En aquellos momentos, 23 personas -3 mossos entre ellas-, habían tenido que ser atendidas por heridas de carácter leve. Posteriormente, el número se ha elevado a 45, de los cuáles un 40 por ciento (18) eran policías. Para complicar aún más la situación, un millar de manifestantes presionaba para vencer los cordones policiales y poder entrar en el Parlament. Como suele suceder, han increpado a los agentes y les han lanzado diversos objetos. Los Mossos se han visto obligados, pues a cargar. Poco después, Artur Mas y Felip Puig acordaban reunirse son los grupos parlamentarios para consensuar una declaración conjunta de condena de los hechos. Núria de Gispert, que remarcaba que, pese a las dificultades la Cámara ha podido trabajar con normalidad, también declaraba solemnemente que "desde la recuperación de la democracia y el autogobierno, el Parlament ha sido la expresión de la voluntad popular expresada por las urnas".