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Cada vez vemos menos

Cada vez vemos menos

lunes 02 de julio de 2007, 18:19h
Hoy no es extraño encontrar clínicas oftalmológicas con un público considerable de pacientes, que esperan ser atendidos por algún especialista, a fin de evaluarlos y detectarles, a tiempo, alguna patología en la visión. Y es que el hecho de que gran parte de la población se esté preocupando por este tema no es casualidad, pues hasta el uso extremado del computador, que provoca cansancio e irritación ocular, puede afectar e incluso dar indicios de signos de anomalía en la vista de una persona.

Según la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof), nuestro país ha presentado un aumento de un diez por ciento en el porcentaje de habitantes con este cuadro ocular, en los últimos diez años. Pero pese a este incremento, las cifras se mantienen dentro de los parámetros normales respecto de países del Caribe, como Venezuela y Colombia, ya que éstos, al estar en altitud, tienen prolongaciones inmediatas a las radiaciones ultravioletas, lo cual es altamente riesgoso.

Los factores incidentes en este aumento de enfermedades oculares son bastantes, pero, sin duda, el principal ha sido el estado dañino en que se encuentra actualmente la capa de ozono en estas latitudes y, por consiguiente, el incremento de los rayos ultravioletas en la tierra.

Según los datos de la Sochiof, la radiación ultravioleta tiene bajas longitudes de ondas, por lo que aunque esté nublado, de igual forma afecta nuestra vista. Los rayos pueden atacar diferentes estructuras; desde la córnea hasta la conjuntiva, pasando por el cristalino, y provocar, en algunos casos, cataratas a la retina y a la mácula, que son las zonas nobles de los ojos, en donde se pueden producir problemas degenerativos de la retina con baja en la visión.

Entre las patologías más comunes que afectan a nuestra población, están las cataratas, que es cuando vemos borroso o vemos doble y los colores se ven más tenues; la miopía, que corresponde a la mala visión de lejos, pero relativamente bien de cerca; la hipermetropía (mala visión de lejos y bien de cerca) y el astigmatismo, que es la pérdida de visibilidad de los objetos de lejos y de cerca.

Un sentido vital

Si bien dicha Institución ha realizado diversos esfuerzos en prevención para evitar este tipo de complicaciones, éstos no han dado los resultados esperados.

Por el contrario, cada día son más los chilenos que deben usar lentes, recurriendo, un considerable número de ellos, a lo más fácil y accesible: los lentes del mercado informal. Sin duda, una decisión donde el remedio puede ser peor que la enfermedad.

Pero como bien sabemos, no todos tenemos los recursos para costear la serie de exámenes, previamente requeridos para la prescripción final de los lentes ópticos. Porque entre el bono de la consulta, los exámenes y la fabricación final del instrumento, se gastan fácilmente más de 20 mil pesos, por más que el paciente pertenezca al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) o a alguna isapre.

Y como sucede con cualquier mal que sobrellevamos, padecer de este problema es realmente una limitación, pues al igual que cada uno de los cinco sentidos, la vista ocupa un lugar fundamental en nuestro diario vivir. 

En este sentido, se debiera trabajar en prevención y tratamiento, por medio de más operativos médicos y no sólo centralizado en los sectores populares del país. Pisar las distintas regiones y sus comunas, e informar a la población sobre el riesgo que puede traer comprar los productos en la calle, y los graves daños que está causando la capa de ozono. Además, concientizarlos a utilizar lentes de sol en cualquier época del año. 

Por otro lado y aprovechando el viaje, realizar las respectivas evaluaciones médicas de forma gratuita, o más accesibles, a fin de evitar que más personas padezcan, en un futuro, patologías de esta índole.

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Karina Espinoza S.
Periodista
karinaespinozas@gmail.com
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