Condenado a casi cinco años por tratar de abusar de su exmujer

 El Tribunal Supremo ha confirmado una pena de prisión de cuatro años y once meses para un hombre que trató de abusar sexualmente de su expareja tras penetrar en el domicilio de la víctima sin su consentimiento, acceder a la habitación en la que se había refugiado, despojarla de su vestimenta y golpearla con el fin de agredirla sexualmente, si bien los hermanos de la mujer pudieron auxiliarla y evitar que se consumara el acto.    La sentencia del Alto Tribunal, consultada por Europa Press, rechaza el recurso de casación interpuesto por la defensa, que entre otras cuestiones apunta a que al tratarse de un delito en grado de tentativa la pena debía haberse rebajado en dos grados, puesto que no es posible probar que, en caso de que no hubieran aparecido los hermanos de la víctima, el agresor hubiera consumado la acción para la que se había preparado.    No obstante, en sus fundamentos el tribunal indica que el artículo 16.1 del Código Penal, en relación con el artículo 62 del mismo texto legal, permite distinguir en los supuestos de delitos no consumados entre "tentativa acabada" e "inacabada", con lo que aprecia que, si no es por la oposición de la víctima y la rápida intervención de sus hermanos, el procesado hubiera realizado todos los actos que objetivamente le hubieran permitido culminar la agresión sexual. Esto conlleva a determinar que hubo una "tentativa acabada" que endurece la pena con respecto al otro supuesto.    Así, el agresor, que se encontraba bajo los efectos del alcohol en el momento de los hechos aunque no se pudo determinar en qué medida anulaba o afectaba a su capacidad, también ha sido condenado a abonar a la mujer 6.095 euros y a permanecer a 200 metros de ella y no poder comunicarse por ninguna vía durante siete años.    Según los hechos, los hermanos de la mujer acudieron al domicilio de ésta porque su madre les llamó alertándoles de que el acusado estaba pegándole. Cuando llegaron a la casa, observaron como ella estaba llorando en la cama desvestida de cintura para abajo mientras se resistía a los intentos de violación de su agresor, quien presentaba los pantalones bajados.