Calidad universitaria

    España está entre los primeros países del mundo en episodios históricos (Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América, la guerra de la Independencia)…; en monumentos (el acueducto de Segovia, la Alhambra, la Sagrada Familia de Gaudí); en  creación literaria (Cervantes, García Lorca); en pintura (Velázquez, Picasso, el museo del Prado); en deportes (Miguel Induráin, Rafa Nadal, “la Roja”); en gastronomía, en turismo, en parques naturales, etcétera.     Pero España está a la cola del mundo en Universidades. No hay ninguna española entre las 150 mejores del planeta. Encabezan la relación o el “ránking” Cambridge, Harvard, Massachussets, Yale, Oxford.., y para encontrar una Universidad española hay que llegar al puesto 176, que es el que ocupa la Universidad de Barcelona, o al 194, que es el asignado a la Autónoma también de la capital catalana. Y, como no es puramente un asunto de cultura norteamericana o británica, por delante de las españolas también se sitúan la Universidad Nacional Autónoma de México o la brasileña de Sao Paulo.      Estamos seguros de que en España hay excelentes científicos y grandes profesores, pero quizá falle la estructura universitaria (esa triste “fábrica de parados”…), o todo tenga algo que ver con la incapacidad del español para trabajar en equipo.  También falla la sociedad, que no considera a la Universidad como una institución que hay que cuidar, puesto que en ella se fragua el futuro. E influye, sin duda, que los sucesivos gobiernos se hayan obsesionado más en hacer política en la Universidad que en hacer una verdadera política universitaria.      Y miren que teníamos esperanzas puestas en el ministro de Educación, en Ángel Gabilondo, un intelectual sólido… Pero él, como sus antecesores, también ha fracasado en lograr en España una Universidad de la excelencia. A ver qué hacen los que vienen, sean quienes sean. Pero, en el mundo, se conoce más a España por el fútbol que por las aulas, por la fiesta de los toros que por la celebración de la inteligencia… Y así nos va.