Palabras encontradas

Antes se decía aquello de ¿estudias o trabajas?, que era la expresión máxima de incompatibilidad para hacer dos cosas al mismo tiempo, pero también constituía la frase tópica que pronunciaban los que tenían muchas ganas de ligar y escasa imaginación para conseguirlo.

Con el tiempo la gente se volvió más fina, y por ende más cursi, y la pregunta derivó en ¿estudias o diseñas?, que era una suerte de gilipollez adaptada a los nuevos tiempos.

Últimamente está haciendo fortuna otra pregunta en la que una de las dos alternativas excluye a la anterior y tiene que ver con el deporte del golf.

Dicen que en unas autopistas alemanas había un gran cartel que decía: ¿Juegas al golf o todavía haces el amor?.

Estamos en pleno verano y creo que es época de hacer ambas cosas, aunque algunos se empeñen en definirlas como incompatibles, pero no solo no lo son sino que, muy al contrario, resultan complementarias y por supuesto recomendables para tener una vida saludable.

Jugar al golf es casi tan sano como hacer el amor y existen no pocas similitudes entre ambas actividades.

En cualquiera de los casos se exige una gran  concentración, hay que saber elegir la posición para cada golpe, no resulta barato practicarlo, apetece comentar la jugada con el compañero, provoca un gran cabreo cuando se falla y es muy aconsejable ducharse después.

No soy quien para aconsejarle a nadie qué es lo que puede hacer en este tiempo de descanso que es el verano, pero aquellos que están todo el día cabreados, viendo fantasmas y enemigos por cada esquina y empeñándose dividir a España en dos mitades en la que en una están los buenos y en la otra los malos, les sugiero que se hagan 18 hoyos en un campo de golf dos o tres veces por semana, y que confraternicen con alguna prójima otros dos o tres días, y verán como regresan nuevos y desintoxicados.