El regreso de la banda ETA

No ha podido ser una sorpresa el nuevo atentado que la banda terrorista ETA ha perpetrado en Durango contra la casa cuartel de la Guardia Civil. Por fortuna, únicamente dos guardias fueron alcanzados de manera leve por los efectos de los ochenta o cien kilos de goma, pero ya se ha señalado que en esa casa cuartel dormían cinco niños, y que, con bastante probabilidad, los separatistas sangrientos buscaban conseguir una carnicería de grandes dimensiones. Llega a decir el periódico 'ABC' que el mismísimo Josu Ternera, en otro momento partidario de la negociación contra el Gobierno y del alto el fuego definitivo de ETA, habría sido en este momento quien ha ordenado a la banda una matanza precisamente para forzar la vuelta a la negociación. Es decir, estamos de nuevo ante la posibilidad de otro tiempo con los peores augurios y perspectivas en la lucha antiterrorista.

   Se añade el nuevo dato de que la banda habría podido montar una infraestructura estable en el vecino país de Portugal, tal vez huyendo de la  persecución que comprueban en el tradicional santuario francés. De manera que nos hallamos con pésimas perspectivas y con todas las alarmas, aunque no precisamente sorprendidos.

   Por lo demás, al propio atentado debe añadirse el capítulo de las reacciones. Como no cabía esperar de otro modo, el principal partido de la oposición, que ha sido remiso a sumarse a la política del Gobierno en materia de terrorismo cuando se ha tratado de eventuales negociaciones con ETA, ha vuelto a garantizar su pleno apoyo en la lucha contra los terroristas hasta su total desaparición y erradicación.

   Pero había cierta curiosidad por comprobar las reacciones que podían comprobarse en los socios "civiles" de la banda, Batasuna y la ANV. Los primeros, de boca de Fernando Barrena, han justificado el atentado proclamando que "el Gobierno ha aportado por el conflicto armado antes que por el derecho a decidir de los vascos". Batasuna acaba de manifestarse en Bilbao culpando a Rubalcaba de rechazar la oferta de la banda ETA. Y tampoco ANV se ha sumado a las fuerzas democráticas que han condenado el atentado, al explicar que creen que es "fruto del conflicto". O sea, que en materia de apoyos "civiles" a ETA, estábamos donde estábamos, con Batasuna y ANV como brazos políticos de la banda en instituciones democráticas -Parlamento y ayuntamientos-  del País Vasco, y perfectamente alineados a cualquier barbaridad que planeen y ejecuten los terroristas.

   Con toda probabilidad, la banda pretende estar presente en la campaña de las elecciones generales de marzo. Pero también querrá estar el Gobierno apretando las tuercas a las siglas proetarras de Batasuna y ANV, como ha advertido recientemente Rubalcaba, al señalar que "también Batasuna lo va a pasar mal".