Regresan los sanitarios del Samur desplazados a Perú

El jefe del departamento de Operaciones, Carlos Barra, explicó que su grupo organizó dos hospitales de campaña en una zona a 50 kilómetros de Pisco donde aún no había llegado ningún tipo de ayuda. "Estuvimos en un pueblo llamado Humay, que tiene unos 8.000 habitantes entre su núcleo urbano y las aldeas de alrededor, y nuestra tarea fue fundamentalmente sanitaria, para tratar todas aquellas situaciones que se producen tras un terremoto", explicó.

En total, el contingente atendió a más de un millar de personas, "de los cuales el 36 por ciento eran niños", puntualizó Calvo. En la mayoría de los casos se trataba de patologías respiratorias que, "de no haber sido tratadas, podrían haber empeorado mucho", puntualizó el jefe del contingente.

Además, dos psicólogas del Samur que también se desplazaron a la zona, y cuyo regreso se prevé para hoy por la noche o mañana a primera hora, ayudaron a la gente a superar "el importante impacto psicológico que habían sufrido".

"Cuando llegamos, mucha gente aún dormía a la intemperie por miedo a que se les cayeran los edificios encima, sobre todo porque ni siquiera habían llegado a la zona los servicios informativos así que no sabían qué estaba pasando", explicó Barra.

Para una de las médicas del equipo, Gema Cámara, la experiencia fue "maravillosa". "Es impresionante cómo nos recibió la gente, el agradecimiento y las muestras de cariño eran constantes, y ni siquiera querían que nos fuéramos", explicó la doctora, añadiendo que, cuando llegaron a la zona de embarque del aeropuerto de Lima para volver a España, "un grupo de unas 200 personas empezó a aplaudirnos, y no querían dejarnos marchar". 

"Para mí el caso más especial es el de la niña que ayudé a nacer y a la que le pusieron mi nombre", concluyó Cámara, a quien "las sonrisas, los abrazos, los besos... satisfacen todas las penurias pasadas allí".

El único 'pero' de la misión fue la desorganización del primer momento, si bien Barra le quitaba importancia. "Esos problemas son típicos de situaciones en las que la ayuda llega de forma masiva y es difícil coordinar quién va dónde, aunque nosotros tuvimos suerte y un gran apoyo del Gobierno de Perú y del ejército, y en dos días pudimos desplazar los 8.000 kilos de carga y a todo el equipo, y empezar a trabajar", concluyó.